El mundo cambia, a veces quizá demasiado rápido y con luces y sombras. Los tiempos actuales, son en palabras de muchos “impensables”. Y es que después de dos años de pandemia, el mundo entero se sacudió. En esta contingencia particularmente revaloramos la vida humana y tomamos conciencia de la importancia de ser solidarios para resguardar la vida de los más vulnerables. Muchos también tuvieron la oportunidad de practicar el valor de la solidaridad con aquellos que estaban pasando mayor necesidad, con quienes perdieron su trabajo o con las personas que lamentablemente, perdieron a algún ser querido. También valoramos más que nunca el trabajo del personal sanitario quienes se entregaron a la gran tarea de salvar vidas y que incluso perdieron su propia vida cumpliendo esta misión.
En ConParticipación queremos retomar estos sucesos y otros más que han sucedido en la cultura y las leyes para hacer un alto, analizar nuestra realidad, hacer un juicio crítico de ella, y emprender las acciones necesarias para continuar participando en la construcción del país que todos queremos: un México en el que se vivan los valores fundamentales. En los siguientes artículos compartiremos lo que hasta ahora hemos observado, cómo y hacia dónde vamos, y los compromisos que deberíamos tomar como mexicanos interesados en el bien común.
Iniciaremos con el tema del derecho a la vida. Algo que ha llamado mucho nuestra atención es que, a pesar de que la emergencia sanitaria mundial en donde la prioridad era preservar la salud y la vida, la Secretaría de Salud considerara como vital emprender acciones para que se continuaran cometiendo abortos en los centros de salud [1]. En este mismo contexto llamaba la atención que grupos abortistas y feministas promocionaran cursos para que quien así lo decidiera, pudiera cometer un “aborto seguro en casa”, con lo cual se ponía en riesgo la vida de la mujer y la del hijo en su vientre. El tema es contradictorio ya que por un lado las autoridades pedían cuidar la vida de todas las personas, pero por otro, fomentaban el que se eliminara la vida de seres humanos en el vientre materno, y además, exponían a las mujeres a los contagios por fomentar que acudieran a los centros de salud a cometer abortos o, incluso peor, algunos querían que se expusieran a quitarle la vida a sus hijos desde su casa.
Vemos con preocupación cómo el aborto se impuso de forma agresiva en los últimos tres años. Del 2007 al 2018 solamente se permitía en la Ciudad de México, sin embargo, bajo la influencia de los grupos abortistas, se logró que en 2019 se impusiera en Oaxaca, en 2021 se despenalizó en Hidalgo, Veracruz, Baja California y Colima, y en lo que va del 2022 en Sinaloa y Guerrero. Lamentablemente, debido al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de septiembre de 2021, en el cual declaró inconstitucional que el aborto fuera penalizado en Coahuila, varios estados usan ese argumento para intentar despenalizar el aborto, y por lo que se ve la tendencia continuará. Incluso ahora la Suprema Corte está dedicándose a declarar inconstitucional el derecho a la vida en las constituciones de los estados que protegen la vida humana desde la concepción. De esto hablaremos más ampliamente en otros artículos. Sin embargo, teniendo el antecedente que te hemos planteado, preocupa que sigan cometiéndose abortos en el país y abriendo aún más esta práctica que a la fecha ha cobrado la vida de por lo menos 237 643 mexicanos (cifras hasta junio de 2021), desde su despenalización en la Ciudad de México [2].
Durante este tiempo también hemos sido testigos de cómo se ha introducido aún más la ideología de género en las leyes, en la cultura, en el entretenimiento, en la forma de pensar de las personas. Por citar un ejemplo, recordarás que, en una celebración del Día del Niño en 2020, se promovió una obra de teatro que tenía como protagonistas a dos hombres y los mostraba como pareja para que los niños vieran las relaciones homosexuales como una forma de vida sexual equivalente a otra [3]. Eso no es respetar a las personas homosexuales, sino manipular la sexualidad de los niños. En acciones como estas, el gobierno intenta interferir en la educación de los niños sin respetar el derecho que tienen los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus principios. En ConParticipación exigimos que la educación sea basada en la ciencia y en la biología, y no en ideologías.
Sobre este mismo tema de la ideología de género, vimos también que los legisladores del Estado de México hicieron una propuesta de ley para prohibir las mal llamadas “terapias de conversión”. La iniciativa fue aprobada el 20 de octubre de 2020 e impone sanciones de cárcel, multas o trabajo comunitario a quien someta, coaccione u obligue a una persona a recibir este tipo de acompañamientos [4]. Si bien tiene varios aspectos positivos, el riesgo de esta iniciativa es que pueda penalizar a los padres de familia o tutores que apoyen a sus hijos a tomar estas terapias, las cuales, realizadas de manera libre, respetuosa y profesional, pueden ayudar a las personas que sufren alguna confusión con respecto a su identidad u orientación sexual. Los padres son los primeros interesados en buscar el bien para sus hijos, de tal forma que el gobierno está invadiendo un espacio que no le corresponde, coarta la libertad de las personas que quisieran de forma libre llevar un acompañamiento de este tipo, y atiende solo las necesidades de una minoría.
En el tema de la educación, en el 2020 el congreso de Aguascalientes aprobó una iniciativa para que los padres de familia fueran informados por la escuela antes de impartir ciertos contenidos a sus hijos, por ejemplo, en el tema de la educación sexual. Casi al mismo tiempo fue aprobado en Nuevo León que la educación incluyera fomentar el aprecio de la vida humana en los alumnos. Al poco, en el congreso de Nuevo León votaron, pero no fue aprobada, una iniciativa que iba a incluir en la constitución del estado el derecho de las familias de educar en libertad, sin imposiciones. Esta propuesta incluía la reforma al artículo 3 de la constitución del estado, que integraba la participación de los padres de familia y el contenido íntegro del texto de la Declaración de Derechos Humanos en cuanto a la educación de los padres [5].
Con el avance de la crisis sanitaria y la urgencia de retomar las actividades cotidianas para reactivar la economía, el gobierno de México implementó una estrategia llamada “la nueva normalidad” con la cual, de forma planificada y gradual, se llevaría a cabo la reapertura de actividades sociales, educativas y económicas [6]. La reapertura se llevó a cabo bajo los parámetros de la Secretaría de Salud.
Otro tema que tiene que ver más con la aplicación de la justicia, y por tanto, que nos interesa a todos, es el de la Ley de Amnistía [7], que fue un proyecto personal del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Esta ley, tal y como se aprobó, no corrige errores importantes, como el revisar el proceso de las personas que tuvieron un juicio mal manejado y fueron a la cárcel injustamente. Esta ley lo que dice es que aquellos que cometieron cierto tipo de delitos, como robar o distribuir drogas, saldrían automáticamente de la cárcel. Dicha ley fue aprobada a nivel federal y el gobierno pretende que en todos los estados del país se haga una Ley de Amnistía local. Esta legislación lo que hace es fomentar la impunidad, no trae justicia, viola el estado de derecho e incrementa el dolor de las víctimas (consulta nuestro blog sobre este tema en las referencias de este artículo) [8].
Por otra parte vimos también que altos funcionarios de gobierno empezaron a hablar de un enfoque de políticas públicas denominado “democratización de la familia” [9]. Este enfoque busca cambiar el concepto de familia para que de esta forma el Estado la controle e imponga ideologías. Quiere desestabilizar a la familia al afirmar que es un invento social para oprimir a sus miembros. Esto es un enfoque equivocado y manipulador. La familia no es un “invento”, sino la primera relación de un ser humano pues todos provenimos de un padre y una madre.
Un tema importante que también se abordó en el 2021, fue el de las drogas, concretamente la marihuana. En ese año la Cámara de Diputados federal aprobó un dictamen para la legalización de la marihuana que permitiría el uso personal de dicha droga y además su comercialización [10]. Acciones como esta buscan satisfacer el gusto de un grupo minoritario, sin considerar que se afecta a la salud pública, en particular la de los niños y jóvenes pues con la legalización quedan más expuestos a la droga.
Es verdad que el panorama que te hemos planteado no parece muy alentador. Sin embargo, lo que nos parece muy positivo es que la sociedad está atenta, e incluso ha reaccionado y ha manifestado su desacuerdo ante estas situaciones tan complejas que vive nuestro país. Son muchos los grupos de personas que están preocupados por estos temas, no estamos solos. Juntos, con nuestro compromiso y con nuestro actuar, podemos generar cambios positivos y relevantes para el bienestar de nuestras familias y de nuestro país. Quédate atento a los artículos posteriores sobre los temas de vida, familia y sociedad que seguiremos publicando.
ConParticipación
Fuentes:
[2] https://www.salud.cdmx.gob.mx/storage/app/media/uploaded-files/28.sep.2021%20ILE%20CDMX.pdf
[3] https://twitter.com/cultura_mx/status/1255996352200421377
[4] https://www.milenio.com/estados/prohiben-terapias-de-conversion-en-edomex
[5] https://www.milenio.com/politica/congreso-leon-rechaza-reforma-incluia-pin-parental
[7] https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5592105&fecha=22/04/2020
[8] https://conparticipacion.mx/la-ley-de-amnistia-es-impunidad-queremos-justicia/
