Te comparto el testimonio de una mamá de una ciudad del occidente de México que nos cuenta que su hijo fumaba marihuana. Apenas se enteró a fines del año pasado y nos comparte su experiencia para alertar a otros papás sobre el problema de drogadicción al que se enfrentan muchos jóvenes en la actualidad. Ella nos dice cómo se enteró y los síntomas que el fumar marihuana le ocasionó a su hijo como crisis de pánico y depresión. Es importante estar alertas y más ahora que se pretende legalizar el uso de la marihuana en una disposición general y que la Suprema Corte de Justicia está en la idea de permitirla de modo general para fines recreativos, sin considerar los daños que ocasiona en los adolescentes. Ella nos platica lo siguiente:

“Tengo un hijo de 16 años. Me acabo de enterar apenas a finales de diciembre pasado que mi hijo tuvo problemas con la marihuana. Él me contó que en febrero del año pasado, se encontró en una playa una bolsita de marihuana. Su papá le dijo que eso era marihuana pero no le dio mucha importancia y en vez de deshacerse de la bolsa, la dejaron ahí. Mi hijo, más tarde agarró un poquito de marihuana y ese mismo día empezó a fumar. Me lo dijo él, que le robó un cigarro de tabaco a su papá y le puso marihuana, dice que primero no sabía qué onda e investigó en internet. Desbarató el cigarro, le quitó el tabaco y le puso la marihuana, esa fue su primera experiencia y de ahí ya no volvió a fumar.

He platicado con él desde el día en que se abrió y me confesó que consumía marihuana. Dice que después de febrero se le despertó la curiosidad y en abril vio a varios de sus amigos de toda la vida con otros chicos que llevaban marihuana y todos fumaban. Esa fue su segunda experiencia y de ahí él empezó a tomar interés, se sintió identificado con los muchachos que estaban ahí. Yo sentí que de alguna forma él quiso sentirse aceptado.

Él me dijo que cuando iba a reuniones le daban marihuana estos niños. Se empezó a juntar con ellos después del mes de abril, lo suficiente para que su curiosidad aumentara. Y entonces uno de ellos le dice que está bien chido, que no pasa nada, que la marihuana es buenísima, no te hace daño, al contrario, te abre la mente. Le empezaron a manejar una información que también veía en internet, porque yo ya la vi, se dice aquí no pasa nada, que te hace ser más inteligente.

Entonces uno de los chavos le dice que le va a pasar el contacto de un chico que tiene cáncer y que tiene su propia marihuana, él la cultiva, era un muchacho de 30 años. Se contacta con él y este muchacho le empieza a vender marihuana y se la traía hasta mi casa, y yo ni enterada, se veían en una esquina, o se veían en la oficina de la casa.

Mi hijo empezó a usar la marihuana frecuentemente a partir de junio de 2018 a raíz de que conoce a este chico que se la proveía, un “dealer”. Dice que se gastaba como 150 pesos a la semana y que él fumaba poco, yo no sé qué es poco con respecto a otros chavos. Como estaba de vacaciones en junio y tenía alguna forma de ocio se le hizo muy fácil empezar a fumar seguido. Yo me di cuenta que fumaba pero pensaba que eran cigarros de tabaco.

Yo estaba al pendiente, no trabajaba, pero dejé de trabajar, a raíz de que yo empecé a ver que fumaba cigarros. Yo tuve un problema serio de salud hace 10 años y creo que eso le afectó mucho.

Él tuvo una curiosidad y hay tanta información en el internet. Yo no lo ataqué por lo que pasó, cuando me enteré en diciembre pasado, yo le dije hijo no estás solo y vamos a salir de esto porque eso está bastante mal.

Hace como dos meses un compañero le dijo que tomara jarabe para la tos y que era buenísimo para abrir su mente. Se tomó una botella de jarabe para niños, luego se compró un jarabe para adultos y se puso malísimo. Entonces fue a mi cuarto en la madrugada y me dijo que estaba muy mal y que rezáramos el rosario, que quería que estuviera con él haciendo oración. Me confesó que había tomado el jarabe, le hablé a un médico y nos dijo que no nos preocupáramos, que no pasaría a mayores, se había tomado el medicamento desde temprano y ya estaba en su cuerpo pero eso le generó crisis de pánico. A partir del evento del jarabe, mi hijo empieza a consumir marihuana diariamente, con mayor intensidad y a tener crisis de pánico. Yo creo que un joven de 21 años no tiene completamente desarrollado el lóbulo frontal, son personas que terminan siendo infantiles toda su vida cuando se daña o no se desarrolla por el consumo de drogas.

En diciembre de 2018 fue de vacaciones con su papá y ya no tenía quien le trajera la marihuana, entonces las crisis de pánico aumentaron además por la abstinencia de la droga. Su papá me lo trajo a finales de diciembre porque quería estar conmigo. Pero ya le había hablado a un psiquiatra para que le diera un medicamento porque las crisis de pánico aumentaron. Su papá escuchó a su hijo hablar con el psiquiatra y decirle que fumaba marihuana, dándose cuenta el doctor que la marihuana le había ocasionado todo el cuadro.

La madrugada que llegó fue horrible con sus crisis. Empezó a sudar, temblar, con un miedo tremendo, era una angustia que no podía controlar. El 30 de diciembre en la madrugada, él me empezó a platicar todo, su primer contacto, el consumo en vacaciones de verano y su aumento diario hacía dos meses. Me reprobó muchísimas materias el semestre pasado porque me dice que no pensaba en otra cosa más que en satisfacerse, acaba de terminar el primer semestre de prepa. Lo peor del caso es que yo no fui capaz de darme cuenta y eso que yo no trabajo y estoy al pendiente de él porque se subía, la casa es de tres pisos, y cuando yo estaba haciendo la cena u otra cosa me checaba los tiempos. Calculaba cuánto me tardaría en hacer la cena o lo que fuera y se subía hasta el tercer piso o se subía hasta la azotea para que no oliera a marihuana y yo pensaba que él estaba fumando cigarros de tabaco.

Curiosamente, mi hijo dejó la drogadicción porque me dijo: ‘Mamá, yo lo hacía primero por curiosidad, luego porque ya no sentía nada, llega un momento en que te sientes padre, luego ya no te sientes como te sentías normalmente. Si normalmente te sientes al 100%, con la marihuana te sientes al 120%, pero luego llega un momento en que al consumirla sólo te sientes a un 80%, por eso vas de bajada. Ahora te sientes peor que lo que te sentías sin estar bajo el efecto de la droga, y lo peor del caso mamá es que como ya no sientes nada aumentas tu consumo y luego piensas que tienes que pasar a otra droga porque ya no sientes nada’. Dice que llegó un punto en que su “dealer” le estaba ofreciendo LSD y gracias a Dios no lo probó. Yo le dije le voy a estar haciendo pruebas de drogas por su seguridad constantemente y ya no se está drogando, ya lleva desde diciembre.

Menos mal que con él fue menos de un año. Hemos platicado mucho, yo creo que lo que normalmente no hacen los papás. Desde el segundo día que llegó fuimos a misa el domingo y no paró de llorar y estar de rodillas en toda la misa. Al día siguiente que era año nuevo me dijo que quería hacer una confesión de vida, que no quería dejar ni un solo pecado, que quería estar bien con Dios, fue y se confesó. Empezó a rezar el rosario todos los días y a hacer oración.

El psiquiatra le hizo estudios y salió que tiene depresión, yo creo que la tiene desde más chiquito por lo que me pasó a mí y luego terminamos separados su papá y yo, y aunque llevamos muy buena relación nosotros, mi hijo es extremadamente sensible.

Mi hijo no puede volver a la drogadicción aunque quisiera porque está tomando antidepresivos y ansiolíticos para controlar la depresión y las crisis de pánico, y si toma alcohol o cualquier droga se pone peor, por eso él de plano no puede, de todos modos le sigo haciendo pruebas de ‘antidumping’ para comprobar que no se esté drogando.

Como papás recomiendo que estemos bien atentos. Primero, no descarto que les hagamos pruebas ‘antidumping’ a nuestros hijos por más buenos niños que creamos que sean porque ahorita, como está la situación, debemos tomar estas medidas. No importa el nivel social, es grave la situación que están pasando los chavos y lo digo porque mi hijo me dijo que se drogan muchísimos y aparte los niños se están dando sus mañas para que los papás no nos demos cuenta. Tengamos muchísima comunicación con nuestros hijos, invirtamos más tiempo de calidad y cantidad, la figura paterna es importantísima Seamos cuidadosos en sus reuniones, que los papás estén presentes porque los chavos se están drogando y alcoholizando enfrente de nuestras “narices”. Los papás creemos que son responsables y la verdad es que no lo son.

Si mi hijo no hubiera empezado con crisis de pánico y si su papá no se lo hubiera llevado al mar y no se queda sin droga, no nos hubiéramos enterado. Tuvo que pasar algo para que él dejara el consumo de drogas. Mi hijo hubiera continuado y yo solo viendo que él iba mal en clases. Los chicos están mal en calificaciones y no es por los maestros es porque hay un problema de drogadicción, las drogas les hacen tener mucha pereza. Mi hijo dejaba de entregar trabajos, él reprobó por falta de entregas de trabajos y de tareas. En la casa él tiene un lugar específico para hacer tareas pero él sólo quería estar en su cuarto para que yo no me diera cuenta de cómo estaban sus ojitos, siempre me tenía la luz medio apagada, pero la verdad es que se estaba escondiendo de mí. Yo veía que estaba haciendo tareas, fue un actor buenísimo y eso que yo estaba al pendiente, ahora imagínate las mamás que trabajan todo el día”.

Tomemos muy en cuenta las palabras que nos dice esta mamá. Tengamos mucha comunicación con nuestros hijos y estemos alerta. Hoy más que nunca es necesario que abramos los ojos porque hay mucha droga alrededor de ellos. La marihuana es muy dañina como ya te lo he comentado en artículos anteriores, entre otras cosas, impide el desarrollo completo del cerebro de los adolescentes. Cuidemos a nuestros hijos de las drogas.

ConParticipación.