Continuaremos en este artículo con la actualización de uno de los temas que más ha sufrido modificaciones en los poderes legislativo y judicial durante la pandemia: el aborto. Como veíamos en la primera parte de este blog, el aborto se ha convertido en uno de los temas más polémicos de la actualidad, y se ha impuesto en los congresos locales de cada vez más estados del país. Hoy son nueve entidades de la república las que han despenalizado la práctica del aborto en cierto periodo de la gestación: Ciudad de México (2007), Oaxaca (2019), Hidalgo, Veracruz, Baja California, Colima (2021), Sinaloa, Guerrero y Baja California Sur (2022) [1].
El primer punto que abordaremos es el de las grandes cantidades de dinero que reciben las organizaciones que promueven el aborto, lo cual nos deja ver claramente la rentabilidad de este negocio inhumano que lucra con la vida a expensas de mujeres en situación de vulnerabilidad. Como segundo punto veremos cómo es que el aborto es una práctica discriminatoria desde cualquier punto de vista que sea analizado, y en tercer lugar, expondremos algunas cifras preocupantes relacionadas con este tema.
No es casualidad el incremento en el número de organizaciones que promueven el aborto en México y en gran parte de América Latina. Las enormes aportaciones internacionales que se hacen y la forma en que se distribuyen, nos permiten ver la insistente estrategia para hacer del aborto una “práctica” normalizada en nuestra cultura. Asimismo, observamos que existen esfuerzos concretos por crear organizaciones dedicadas a la pseudo investigación, y que con la “información” obtenida de ellos, se hace presión para la despenalización del aborto en los congresos.
Es conveniente recordar que aproximadamente el 70% de los ingresos que reciben las 10 organizaciones abortistas más grandes de México provienen del extranjero. Se calcula que en los últimos años estas organizaciones han recibido más de 3 700 millones de pesos para la difusión del aborto, de acuerdo con información pública del SAT [2]. Te compartimos una infografía que muestra la cantidad de fondos que han recibido tres de estas organizaciones abortistas de nuestro país:
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Es relevante mencionar que algunas de las directoras de estas organizaciones tienen o tuvieron puestos de importancia en instancias públicas, lo cual resulta muy conveniente para sus objetivos [3].
Recordemos que gran parte de los esfuerzos por insertar el aborto en nuestra sociedad están bajo los famosos conceptos de “salud reproductiva” y “temas de salud pública”. Sin embargo, si verdaderamente hubiera interés en apostar por la salud de las mujeres, varias de esas organizaciones estarían invirtiendo las sumas multimillonarias que reciben en equipos y tratamientos para atender las enfermedades más comunes en las mujeres. De acuerdo con cifras del INEGI [4], de enero a agosto de 2020 las principales causas de muerte de las mujeres en México fueron:
• Enfermedades del corazón: 62 713 muertes.
• Diabetes mellitus: 47 429 muertes.
• COVID: 37 111 muertes.
• Tumores malignos: 30 623 muertes.
Las organizaciones que verdaderamente trabajan en favor de la mujer conocen y atienden las necesidades más reales por las que pasan las mujeres mexicanas.
Por otro lado, la promoción del aborto ha evolucionado de tal manera que cada vez se muestran más claras las intenciones que hay detrás de esta agenda que lo difunde. El aborto es explícita y deliberadamente una práctica que implica la discriminación prenatal en cualquier caso desde donde se analice. Esta distinción que se hace a un hijo en gestación no tiene ningún sustento, es una práctica discriminatoria que rechaza a la persona por el grado desarrollo en el que se encuentra. Por ejemplo, cuando una mujer aborta alegando que su hijo sufre una malformación, se discrimina al bebé por el grado de desarrollo así como por su condición de salud; cuando una mujer aborta por haber sufrido una violación, igualmente al hijo que se concibe en ese delito se le discrimina por su grado de desarrollo así como por su origen. En todos los casos en donde se comete un aborto, se realiza intencionalmente un acto discriminatorio que pasa por alto el valor que todo ser humano tiene por el simple hecho de serlo.
La dignidad de la persona así como el derecho a la vida no están sujetos a la condición social, económica, de salud o al hecho de que los padres de esa persona deseen que venga al mundo o no. A la persona se le acoge, cuida y se le ama, e incluso se debería prestar mayor atención cuando padece de alguna situación que complique su desarrollo y crecimiento.
Cifras y datos sobre el aborto
Así pues tras 15 años de la despenalización del aborto en Ciudad de México, según cifras reportadas en el 2021 por la Secretaría de Salud, se sabe que tan solo en la Ciudad de México se han cometido 237 643 abortos (hasta junio de 2021). El 46% de esos abortos fueron solicitados por mujeres de entre 18 y 24 años (se cuentan las mujeres que lo solicitaron en CDMX pero que no necesariamente son originarias de allí); este es el grupo de edad en el que más abortos se cometen, seguido por el grupo de las que tienen de 25 a 29 años, quienes solicitan el 23.6% de los abortos [5].
El aborto y la pandemia
Al inicio de la pandemia la Secretaría de Salud indicó que de los ocho hospitales públicos en los que se cometen abortos en la Ciudad de México, cuatro de ellos serían destinados como “hospitales Covid”, por lo que se redujo el número de abortos notablemente. En el 2020 se habían cometido 11 269 abortos y de enero a junio de 2021 se realizaron 5 742 [6]. Sin embargo, por otro lado, en una nota de prensa de abril de 2020 la Secretaría de Salud emitió un comunicado en el que señalaba que los servicios de salud sexual y reproductiva eran “esenciales” y que el Estado mexicano debía garantizarlos, entre ellos el acceso al “aborto seguro” (que es una falacia, porque no existe el aborto seguro). Nos seguimos preguntando porqué la Secretaría de Salud consideró por un lado que era prioritario el acceso al aborto, con lo cual exponía las mujeres embarazadas a contagios, y por otro lado, en la misma nota de prensa consideraba también importante la atención de la salud materna y neonatal [7]. Su comunicado era contradictorio: el aborto no es salud para la mujer ni para el hijo en gestación. Si verdaderamente era importante atender la salud materna y neonatal, en consecuencia, el aborto tendría que quedar excluido.
En conclusión: vemos una realidad preocupante hoy en nuestro país con respecto al aborto. Si antes solo se permitía en la Ciudad de México y se perdieron más de doscientas mil vidas hasta el 2021, ¿qué podemos esperar ahora que se ha despenalizado en más estados? Si a eso sumamos el envejecimiento de la población mexicana, tenemos una combinación que puede ocasionar serios problemas sociales en el futuro. La realidad de los países europeos, con sus sociedades sin niños y sin jóvenes, está cada vez más cerca en nuestro país.
Sigamos como ciudadanos tomando un rol activo en la defensa de la vida. Ya te hemos invitado a que sigas informándote y participando en las iniciativas y convocatorias de las organizaciones que trabajamos a favor del respeto al derecho a la vida desde la concepción. No te quedes afuera. Si todos participamos podremos poco a poco ir revirtiendo esta cultura de muerte e instaurando una cultura de vida en México.
ConParticipación
[1] https://conparticipacion.mx/la-despenalizacion-del-aborto-en-mexico-primera-parte/
[2] https://conparticipacion.mx/organizaciones-a-favor-del-aborto-reciben-donaciones-millonarias/
[3] Ibíd.
[5] https://politica.expansion.mx/cdmx/2021/09/28/estadisticas-aborto-cdmx-2021
[6] Ibíd.