En un artículo anterior te presenté la iniciativa de ley federal que pretende
encarcelar a quienes impartan, financien, anuncien o inviten a tomar terapias
relacionadas con su orientación sexual o su identidad sexual. A estas también se
les ha mal llamado “Esfuerzos por Corregir la Orientación Sexual e Identidad de
Género” [1].
Esta iniciativa quiere prohibir que las personas elijan libremente asistir a
terapias psicológicas para recibir ayuda si experimentan insatisfacción o
problemas relacionados con su orientación sexual o con su identidad
sexual.
También te compartí el testimonio de un joven, Wal Flores, que tuvo una vida
homosexual activa y que ha visto disminuir su atracción hacia personas del mismo
sexo con el apoyo de la terapia reintegrativa [2]. Esta ayuda a reprocesar traumas
y a sanar heridas de la infancia trayendo consigo cambios en la autoestima, en el
la orientación sexual.
Si una persona tiene una atracción homosexual y no se siente conforme con
esto nadie debería prohibirle buscar ayuda profesional. Seamos claros: una
cosa es aceptar y respetar a todas las personas independientemente de sus
tendencias, y otra muy distinta es imponer una ley que les impida solicitar ayuda
profesional si así lo desean. Más bien la ley debe asegurar que las terapias que se
impartan sean respetuosas, libres, eficaces y profesionales.
El pasado 8 de mayo del presente año en Alemania lograron imponer una ley
parecida. Prohibieron las llamadas “terapias de conversión” argumentando que
atentaban contra los derechos humanos. Sin embargo, no consideraron las
prácticas profesionales, apegadas a los códigos de ética y sustentadas en la
ciencia que tienen como fin guiar a las personas que no están conformes con el
estilo de vida homosexual y que acuden libremente a solicitarlas. La prohibición
abarca este tipo de apoyo profesional incluyendo el asesoramiento pastoral o
psicoterapéutico sobre todo en menores de edad:
“El parlamento de Alemania prohibió las llamadas ‘terapias de conversión’ para
‘curar’ la homosexualidad. El incumplimiento de la prohibición se castigará con
hasta un año de prisión o una multa de hasta 30 mil euros. Esta prohibición contra
dicha práctica calificada como homofóbica también incluye el asesoramiento
pastoral o psicoterapéutico. También se considera un delito administrativo
‘anunciar u ofrecer’ este tipo de terapias.
Si bien la reforma del parlamento alemán es contra la opresión de la orientación
sexual principalmente contra menores de edad, también aplica cuando la víctima
es un adulto que fue inducido a entrar a estas ‘terapias’ mediante coacción,
amenaza o engaño” [3].
Al respecto, preguntamos a Wal Flores qué significa para él ver que los grupos de
activismo celebren lo que pasó en Alemania. Nos contestó:
“Me parece una incongruencia de esos grupos que pregonan la libertad de las
personas y celebran la imposición de un estilo de vida que mucha gente no quiere
vivir. Es una pena que solo se escuchen algunas voces de personas que
ciertamente pasaron por malas experiencias terapéuticas. Pero también es
penoso que no tomen en cuenta las buenas prácticas y a las personas que
quieren ayudarse a tener una vida mejor o distinta porque se cansaron de
una forma de vivir que les prometió la felicidad y ser libres, pero no
encontraron eso”.
Agregó: “Estamos en una época en que tendenciosamente están aprovechando el
encierro de la gente para manipular las leyes a su antojo, servir a intereses de
unos cuantos e imponer una visión única de la sexualidad. Aquí simplemente hay
una contradicción de quienes están promoviendo este tipo de leyes porque no hay
pluralidad de voces. Es penoso”.
En México se pretende hacer algo similar a lo que se hizo en Alemania. De
aprobarse esa iniciativa se podría sancionar al padre, madre o tutor de los
menores de edad que apoyen y acompañen a sus hijos a asistir a las terapias
relacionadas con la orientación o la identidad sexual. Pero los legisladores que
están promoviendo esta iniciativa olvidan que los padres de familia son los
primeros educadores de los hijos. Los padres de familia son la primera
autoridad de los hijos, no el Estado. No permitamos que coarten el derecho
de los padres de educar y buscar el mejor bien para sus hijos.
Wal Flores tiene el derecho de ser respetado y de ejercer su libertad. Continuemos
ConParticipación.
Fuentes:
[1]
-en-comisiones-del-senado-sancionar-terapias-de-reorientacion-sexual.html
[3]
homosexualidad-parlamento-alemania-aleman-prohibicion/389513