El Día del Niño es un día de celebración y compromiso pero también es un día de tomar conciencia. Hay un tema que está pendiente desde hace años en favor de los niños: corregir la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA). Esa ley tiene un problema de base: el gobierno pretende tomar el lugar de los padres respecto a la educación de sus hijos. Por ejemplo, a través de esta ley se impone un programa de asesorías y orientación sobre salud sexual y reproductiva. Concretamente, el artículo 50 de la citada ley establece lo siguiente:

Artículo 50. Niñas, niños y adolescentes tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud, así como a recibir la prestación de servicios de atención médica gratuita y de calidad de conformidad con la legislación aplicable, con el fin de prevenir, proteger y restaurar su salud. Las autoridades federales, de las entidades federativas, municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México, en el ámbito de sus respectivas competencias, en relación con los derechos de niñas, niños y adolescentes, se coordinarán a fin de: XI. Proporcionar asesoría y orientación sobre salud sexual y reproductiva” [1].

Esto quiere decir que el gobierno podría dar «asesorías» de promoción de aborto o de actividad sexual temprana sin importar la opinión de los padres.

En el mismo sentido surgió la Cartilla de Derechos Sexuales de Adolescentes y Jóvenes, la cual menciona dentro de uno de sus principios lo siguiente:

“Tenemos derecho a ejercer y disfrutar plenamente nuestra sexualidad y vivir cualquier experiencia, expresión sexual, erótica o de género que elijamos, siempre que sea con pleno respeto a los derechos de las personas involucradas y acorde con nuestras facultades en evolución, como práctica de una vida emocional y sexual plena, protegida y placentera.

El Estado debe garantizar que el ejercicio de este derecho sea libre de presiones, discriminación, inducción al remordimiento o castigo por ejercer o no actividades relacionadas con el conocimiento, exploración y disfrute de nuestro cuerpo y de nuestra sexualidad” [2].

Esto significa que no importa la forma en que los padres quieran educar a sus hijos en el ámbito sexual, no importa si los padres inculcaron en sus hijos los principios del pudor, o que les hayan enseñado a ejercer la sexualidad dentro del matrimonio, porque si el hijo o hija pretende hacerlo de la manera en que la cartilla lo sugiere, el gobierno lo respalda.

Esta “protección” del gobierno a los adolescentes es inhumana, ambigua e incompleta. Es inhumana porque no somos únicamente seres instintivos. Tenemos emociones y capacidad de relacionarnos como personas. Además porque en ninguna parte de la ley o la cartilla se menciona que el gobierno se hará cargo de educar en el amor, en la salud emocional, en las enfermedades venéreas o apoyar a la crianza de los embarazos que puedan sucederle al adolescente. Es decir, solo promueve el erotismo sin condiciones ni responsabilidad y a fin de cuentas, cuando los hijos cometan errores deberán ser los padres de familia quienes los apoyen. Irónicamente, además a la cartilla le faltó un apartado donde se dé soporte médico, psicológico y económico a los adolescentes por las consecuencias que surjan del libre ejercicio de su sexualidad, por ir en contra de la educación de sus padres.

A continuación te comparto un video que se encuentra en nuestra página de Facebook que realizamos con motivos del día del niño y que trata sobre este tema:

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No podemos permitir que el gobierno pretenda sustituirnos como padres y mucho menos exponer a nuestros hijos a daños irreparables. La educación que nosotros queremos darle a nuestros hijos va más allá de un libertinaje sexual sino que aborda la integridad de su persona. ¡A los padres nos corresponde el derecho de educar a nuestros hijos!

ConParticipación

Fuentes:
[1] http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGDNNA_200618.pdf
[2] http://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/Programas/VIH/Divulgacion/cartillas/Cartilla-Derechos-Sexuales-Adolescentes-Jovenes.pdf