Te confesamos que algunas de las acciones que han emprendido algunos congresos locales en este tiempo nos han sorprendido. Tenemos una grave situación de salud en el país, y en lugar de enfocarse en solucionarla, vemos que algunos diputados se empeñan en tratar de introducir iniciativas de ley que afectan nuestras libertades.

Tal es el caso de la iniciativa para reformar la Ley para la Prevención y el Tratamiento para las Adicciones de Quintana Roo. Afortunadamente fue rechazada pero quisiéramos ahondar en lo que proponía un diputado de ese estado. Para justificar esa reforma expuso que además del alcohol o de las sustancias hay conductas que también son nocivas para las personas; las denominaron “adicciones de conducta” y allí se incluyó la “adicción a la religión” [1]. Nos cuestionamos cuál sería el parámetro para decidir que una actividad religiosa es considerada nociva y adictiva para las personas. ¿Sería por la cantidad de tiempo invertido en dicha actividad? ¿O por acudir diariamente al culto que se siga?

Esto sería tan absurdo como pensar que una persona que se ejercita diariamente está realizando una conducta que puede ser nociva para ella. ¿Por qué una caminata diaria no sería nociva y asistir a un culto sí? Una conducta podría ser nociva para una persona cuando provocara un cambio en sus actividades regulares, tanto que le ocasionara una fuerte inestabilidad en su vida. No es necesario hacer un catálogo ni clasificar ciertas conductas como adicción. Cualquier conducta podría ser nociva o adictiva si reúne los requisitos establecidos para diagnosticar algún trastorno de conducta expuestos en los manuales internacionales como el DSM-V [2] y el CIE-10 [3]. Esta iniciativa en Quintana Roo parece más bien un intento de coartar la libertad de las personas de asistir libremente a un culto.

Otro tema del que se ha hablado mucho y que está vigente tanto en el Senado como en la Ciudad de México es el de la prohibición de acudir libremente a terapias relacionadas con la orientación o la identidad sexual.

En el estado de México los diputados de Morena dijeron que no eran necesarias este tipo de terapias y proponían impedir que las personas acudieran a ellas, ya que “se les somete a tratamientos psiquiátricos y psicológicos donde usualmente se emplea la violencia física, psicoemocional y sexual, por lo cual es necesario reconocer el derecho a la libre determinación” [4], comentó Beatriz García, diputada que propuso la iniciativa.

Sin embargo, la diputada no toma en cuenta que existen ayudas psicológicas que son respetuosas, libres, eficaces y profesionales y que están disponibles para las personas que desean acudir libremente. De hecho, ella misma menciona que es necesario reconocer el derecho a la libre determinación, así que resulta contradictoria su postura ya que pasa por alto que hay personas que por voluntad propia deciden recibir atención psicológica para tener una vida plena. ¿Dónde queda el derecho a la libre determinación de estas personas?

Es importante comentar que una persona que acude a una terapia psicológica en ocasiones asiste porque requiere orientación sobre alguna situación que esté viviendo y que pudiera o no concretarse en la detección de un padecimiento. De modo que si una persona desea tomar terapias relacionadas con su orientación o identidad sexual porque experimenta confusión en alguno de estos aspectos y quiere resolverla, no tiene por qué prohibírsele, ya que se viola su derecho a recibir atención profesional.

Este es el caso de Wal Flores, de quien ya hemos hablado. Wal se vería afectado si se prohibieran las terapias de este tipo, debido a que él estaba recibiendo este apoyo para resolver situaciones de su vida que podrían relacionarse con la atracción al mismo sexo. ¿Por qué el gobierno impediría a personas como Wal ir libremente a terapia para resolver su situación y tener una vida plena, si así lo desean? Detrás de esta situación está la ideología de género. ¿No será que el gobierno coarta la libertad de la mayoría de las personas y atiende solo las necesidades de una minoría?

Es necesario que expresemos nuestra postura a favor de estos derechos y otros igual de importantes como el derecho a la vida y el derecho a educar en libertad. Te invito además a que te unas a las asociaciones que los defienden y promueven. Entre más seamos podremos tener mayor representatividad ante el gobierno y es más probable que nuestra voz sea escuchada. Te comparto nuevamente algunas acciones concretas que puedes realizar para defender el derecho a la vida y el derecho de las familias a educar en libertad:

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Tomemos un papel más activo en la participación ciudadana y en la defensa de nuestras libertades.

ConParticipación

Fuentes:

[1] http://documentos.congresoqroo.gob.mx/iniciativas/INI-XVI-20200531-678-6770.pdf

[2] https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf

[3] http://ais.paho.org/classifications/Chapters/pdf/Volume1.pdf

[4] https://www-elsoldetoluca-com-mx.cdn.ampproject.org/v/s/www.elsoldetoluca.com.mx/local/la-homosexualidad-no-es-una-enfermedad-5636266.html/amp?usqp=mq331AQFKAGwASA%3D&amp_js_v=0.1