Los tratamientos de cambio de sexo en menores de edad se han permitido en algunos países como “solución” a los menores que no se sienten identificados con su sexo biológico. Sin embargo, existe evidencia que ha llevado a que países como Suecia den marcha atrás a estos tratamientos que traen consecuencias irreversibles en quien los ha tomado.
Una persona dejó su trabajo como gestora en el Centro de Transexuales de la Universidad de Washington en el Hospital Infantil de San Luis (EE. UU.) debido a que no podía continuar apoyando lo que este lugar estaba haciendo a menores de edad que tenían confusión de género. Someter el cuerpo a tratamientos hormonales o quirúrgicos para hacer lo que le llaman “transicionar”, que es más bien mutilar el cuerpo de una persona adulta o de un menor de edad, trae consecuencias que son irreversibles.
La influencia de la ideología de género ha llegado a tal grado que hoy existen tratamientos hormonales y quirúrgicos de “cambio de sexo” a los que se someten ya no solamente adultos, sino también menores de edad. En el caso de los menores los riesgos son especialmente preocupantes, pues estos procedimientos pueden ocasionar consecuencias irreversibles. En Suecia ya se dio marcha atrás estos tratamientos en menores de edad, y en Reino Unido los menores no pueden otorgar su consentimiento sin conocer las consecuencias de someterse a ellos.
El gobierno de Finlandia analiza abandonar el "Protocolo Holandés" que consiste en administrar hormonas y en cirugías irreversibles de sexo cruzado. Consideran de nuevo la psicoterapia como primer paso. Es positivo que países como Finlandia consideren asegurarse de la salud física y mental de los adolescentes antes de someterlos a procedimientos inciertos que pueden afectar su vida y su salud severamente.
Un juez del Tribunal Superior de Inglaterra prohibió recetar bloqueadores de la pubertad a la clínica del Servicio de Desarrollo de Identidad de Género (The Gender Identity Development Service, GIDS por sus siglas en inglés).