Continuaremos en este blog el tema de los tratamientos de “cambio de sexo” en menores de edad. Es un tema que nos preocupa pues como ya señalábamos en en la primera parte de este blog, existe en México una iniciativa que la diputada local América Rangel, del Congreso de la Ciudad de México, está proponiendo para proteger a los menores de 18 años de que se les pueda someter a un tratamiento de este tipo.

La propuesta de la diputada Rangel es buena pues prohibiría que se realicen intervenciones con tratamientos hormonales y cirugías de mutilación de genitales en menores de edad, ya que en esas edades aún no tienen la madurez para tomar una decisión que afectaría su vida de forma irreversible. Lamentablemente la iniciativa ha sido criticada por grupos de la ideología de género que señalan que es “discriminatoria” para las llamadas “infancias trans”. Sin embargo, ¿qué es lo que no se dice? Lo que ya te compartimos en la primera parte de este blog: que hay países que ya están dando marcha atrás a estos tratamientos, pues hay protestas de padres de familia y de los mismos jóvenes que se sometieron a estos tratamientos, que se han arrepentido de haberse hecho una “transición” a temprana edad. Algunos señalan que se les debió dar más información y que los profesionales de la salud debieron dar prioridad a tratar sus problemas psicológicos, en lugar de prescribir tratamientos hormonales y cirugías que los afectaron de por vida. Además, en Reino Unido ya hay una clínica que el servicio británico de salud ordenó cerrar por la poca profesionalidad al tratar a niños con bloqueadores de pubertad, y por la falta de evidencia científica de la seguridad de estos tratamientos. Puedes leer la primera parte de este blog aquí.

Se calcula que en Estados Unidos alrededor de 300 000 jóvenes de entre 13 y 17 años, así como un número incalculable de menores de edad, se confunden en su identidad sexual y se ponen la etiqueta de ”transgénero”. Con poca documentación sobre los resultados, con protocolos variables y sin aprobación gubernamental para el uso de estos fármacos, incluyendo la de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés), esta práctica continúa expandiéndose [1].

A las pruebas nos remitimos

De acuerdo con el The New York Times, artículos científicos y entrevistas sobre el tema a más de 50 médicos y expertos académicos a nivel mundial, muestran pruebas de los daños que ocasiona el uso de bloqueadores de la pubertad [2]:

  1. Estos fármacos suprimen el estrógeno y la testosterona las cuales son las hormonas que contribuyen a desarrollar el sistema reproductivo femenino o masculino. También dañan los huesos, el cerebro y otras partes del cuerpo humano.
  2. La masa ósea crece durante la pubertad, un aspecto de condición saludable. Al usar bloqueadores, este crecimiento de la densidad ósea se aplana. Los estudios indican que aún y cuando se deje de consumir los bloqueadores, muchos no se recuperan y se mantendrá un rezago en su fortaleza ósea en relación con otras personas de su edad. ¿Esto qué significa? Que serán propensos a tener mayor riesgo de fracturas antes de lo que se pudiera esperar —el envejecimiento— en torno a los 50 años en lugar de a los 60. Quienes tuvieran huesos débiles, podrían presentar un daño más inmediato. Sundeep Khosla, director de un laboratorio de investigación ósea de la Clínica Mayo, comenta al respecto: “Habrá un precio”. Agrega  que este “probablemente será un cierto déficit de masa ósea”.
  3. En Estados Unidos y otros países, muchos médicos recetan estos bloqueadores desde los 8 años para después pasar a las hormonas sexuales a partir de los 12 o 13 años. Sin embargo, señala el Times, se está pasando por alto que decidir por los bloqueadores y las hormonas podría obligar a los pacientes a tomar decisiones que alterarán su vida antes de asentarse en su identidad de género. Ya hemos comentado en algunos artículos anteriores que hay estudios que muestran que muchas veces los problemas de identidad de género se resuelven al terminar la pubertad y por lo general la confusión se elimina. 
  4. El hospital Universitario Karolinska de Suecia, al publicar su cambio de política en relación con el tratamiento hormonal de menores con disforia de género, señaló que estos tratamientos pueden ocasionar consecuencias como enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, infertilidad, aumento del riesgo de cáncer y trombosis [3].

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Lamentablemente en la última década se ha reducido la edad en la que se prescriben este tipo de fármacos. Actualmente la Sociedad de Endocrinología y la WPATH recomiendan que estos bloqueadores se receten desde que inicia la pubertad y que el tratamiento hormonal se otorgue en algunos casos, antes de los 16 años. A esto se suma la Academia Estadounidense de Pediatría quienes indican que estos fármacos se pueden otorgar desde “la adolescencia temprana” [4].

La salud mental, otra afectación importante

Por su parte, The New York Times, hace referencia también a la preocupación de médicos e investigadores sobre la factibilidad de que el consumo de bloqueadores de la pubertad dañe de alguna forma el desarrollo mental. Es durante la adolescencia cuando comienza una autorreflexión más profunda, el pensamiento crítico, y algunos avances importantes en el desarrollo del cerebro, entre otros aspectos. Las investigaciones demuestran que las hormonas sexuales afectan las habilidades sociales y la resolución de problemas. Aún falta desarrollar más investigación para ahondar en este conocimiento [5]. 

Experiencias relatadas a través de las redes sociales, noticias e investigaciones han dado a conocer los casos de personas a quienes les pesa el haber tomado bloqueadores o llegado incluso a mutilar su cuerpo. A algunas les recetaron el fármaco demasiado rápido, otras no tenían la madurez para dar un consentimiento verdadero sobre las consecuencias que enfrentarían al consumir bloqueadores de la pubertad en el futuro. Otras presentaban situaciones de trastornos psiquiátricos. Lo anterior está llevando a que en Suecia se estén dando otros pasos para estandarizar el tratamiento que se otorga a jóvenes que se consideran “transgénero” y a restringirlo a entornos de investigación [6].

La vida de los menores, su salud y futuro son sumamente valiosos. Es muy importante que se tomen las acciones necesarias para proteger su salud física y mental. Los padres de familia deben informarse en fuentes confiables y científicas para ayudar adecuadamente a los hijos que padecen trastornos como la disforia de género. Es importante cuidarlos para que tengan un desarrollo saludable sin la influencia de ideologías y prácticas que los dañen en el presente, y en el futuro, de manera irreversible. 

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://www.nytimes.com/es/2022/12/14/espanol/bloqueadores-pubertad-adolescentes-trans.html 

[2] Ibíd.

[3] https://contraelborradodelasmujeres.org/suecia-pone-fin-al-uso-de-bloqueadores-de-la-pubertad-para-menores-de-16-anos/

[4] https://www.nytimes.com/es/2022/12/14/espanol/bloqueadores-pubertad-adolescentes-trans.html

[5] Ibíd.

[6] Ibíd.