Panorama mundial del derecho a la vida
Hace unos días me mostraron un video de un hijo en gestación. Fue durante un ultrasonido de una mamá que tenía solo 6.6 semanas de embarazo. El corazón del pequeño (o pequeña) latía rápidamente. En ese caso nuestro amigo el doctor Balcázar (que me envió el video) comentaba en audio que él estaba dedicado a proteger la vida de ese pequeño paciente. Pensé que en la Ciudad de México y en otros lugares del mundo ese bebé tenía grandes probabilidades de morir por aborto. ¿Quién decide quién vive y quién muere? ¿Te lo has preguntado? Yo sí, muchas veces, sobre todo cuando veo que hoy en día se introduce cada vez más en la sociedad una cultura de poco aprecio a la vida.
Déjame explicarte más sobre esto. En días pasados platiqué con un buen amigo mío, Gualberto García-Jones, experto en temas de vida y familia en el ámbito internacional; él colabora con organizaciones dedicadas a defender estos temas. Tuvimos una charla muy interesante que me dejó pensando y algo preocupado. Gualberto me explicó un poco cómo él ve el panorama del derecho a la vida en el ámbito mundial. Y déjame decirte las cosas no pintan nada bien.
Me contó por ejemplo, el caso de Chile. Hasta el año pasado Chile era uno de los 6 países en todo el mundo que no permitía abortar a los hijos en gestación en ningún caso y siempre se había caracterizado por sus leyes a favor de la vida. Pero el año pasado, durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, una socialista reconocida internacionalmente, “pasaron un proyecto de ley que legalizaba el aborto como siempre en las situaciones que apelan a los sentimientos de la gente, situaciones como violación, alguna malformación (del bebé) o algún problema genético”. El proyecto fue aprobado en el Congreso y llevado a la Corte Constitucional. “Desgraciadamente la composición de la Corte la habían cambiado y no pudieron revertir esa ley”, señala Gualberto. Desgraciadamente una vez que se abre la puerta al aborto, va ganando terreno hasta convertirse, como ya lo hemos visto en unos países, en “derecho humano”.
“Una historia un poco más esperanzadora es la de República Dominicana”, señala Gualberto. “El año pasado el presidente, que había entrado prometiendo que no iba a tocar sus leyes provida, intentó pasar una reforma del Código Penal pero se metió el lobby abortista e intentaron legalizar el aborto, el cual está prohibido en toda circunstancia en la República Dominicana”. Pero me cuenta Gualberto que aquí la clave fue la movilización de la sociedad civil, ya que el pueblo es sumamente provida: “aunque son muy pobres y tienen muchos problemas de violencia y de otras cosas pero, como suele pasar cuando la gente tiene que luchar un poco más por todo, se suele dar que valoran más la vida”. Se organizaron marchas, campañas en redes sociales, se hicieron videos con testimoniales y la estrategia funcionó: se mantuvieron las leyes provida en Dominicana.
Conversamos también sobre el caso de Irlanda. Este país tiene una tradición conservadora, “es uno de los últimos países, digamos en la Europa occidental, que se mantiene firme en el tema de la vida” comenta Gualberto. “Tienen un artículo en su Constitución que es la Octava Enmienda, y están intentando hacer un referéndum para sacarla. Está muy bien escrita; básicamente dice que el derecho a la vida se tiene que respetar de igual manera en el bebé que en la madre, y que no hay uno que sea más importante que el otro, que los dos tienen una dignidad y un valor”. Por ello los abortistas están intentando cambiar eso, y este año se votará, aunque aún no hay fecha. La desventaja para la causa a favor de la vida es que el Primer Ministro Leo Varadkar parece ser de tendencia abortista. Además -me cuenta Gualberto- hay muchas personas e instituciones que invierten dinero para promover el aborto, así que tienen varios factores en contra. “Por muy buenos que sean nuestros activistas y nuestros benefactores pues vamos siempre contra corriente”.
Por último, en Estados Unidos ha sido una gran sorpresa el apoyo del Presidente Trump en la causa del respeto a la vida. Gualberto menciona por ejemplo la “Política de Ciudad México”, que consiste en la prohibición del uso de fondos de Estados Unidos para cualquier organización que promueva o cometa abortos. El Presidente Trum reactivó esa prohibición que tuvo origen en 1984 de usar fondos para promover el aborto.
Como dato interesante, el viernes 19 de enero el presidente Trump se hizo presente con un mensaje en la marcha pro vida realizada en Washington. Allí señaló que: «En mi Gobierno siempre defenderemos el primer derecho recogido en la Declaración de la Independencia, el derecho a la vida». De modo que, por lo menos, en Estados Unidos al menos no hay un activismo gubernamental abortista.
Como vemos el panorama del derecho a la vida en el mundo tiene sus luces y sus sombras. Vemos por un lado que el aborto es legal prácticamente en todo Europa aunque Irlanda está por librar una última batalla, que se prevé difícil. En América Latina aún hay esperanza y nuestros países siguen luchando a favor del respeto a la vida.
Al final de esta charla con Gualberto veo un punto importante: en los casos expuestos se ve claramente que las leyes de aborto ganan terreno y se aprueban cuando las personas que están en el poder son afines al aborto. Si bien la movilización de la sociedad civil es clave para que los gobiernos respeten la vida, es muy importante la posición del gobernante en turno. Esto debe llevarnos en el caso de México a saber informarnos para decidir a quiénes les vamos a dar nuestro voto en las elecciones de este año. Conozcamos las plataformas de los candidatos, revisemos sus antecedentes, su carrera política, indaguemos si están a favor de la familia y el respeto a la vida. Pensemos qué clase de México queremos para nosotros y para nuestros hijos.