El 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, la celebración no solo es hoy; todo el mes de marzo es considerado el mes de la mujer, y por ello las mujeres que colaboramos en ConParticipación quisimos manifestar nuestro sentir en referencia a esta celebración tan importante contestando dos preguntas, una respecto a nuestro ser mujeres y la otra en relación con la propuesta de la ONU para lograr la igualdad de género con un Planeta 50-50 para el 2030 [1]:

    1. ¿Por qué estás orgullosa de ser mujer?
    2. Desde un feminismo más humano y equilibrado:
      1. ¿Será estrictamente necesario lograr un planeta 50-50? ¿por qué?
      2. En tu opinión, ¿qué es lo que haría falta en nuestra sociedad para empoderar sanamente y de manera adecuada a mujeres y niñas?

Al contestar la primera pregunta, Norma nos dice: “Yo no diría que estoy literalmente orgullosa de ser mujer en el sentido de que valoro más el hecho de ser mujer sobre el ser hombre. Hombres y mujeres tenemos el mismo valor. Puedo decir que soy feliz de ser lo que soy: una mujer, con mi ser mujer. Con mi visión femenina de la vida, con mi biología de mujer que me ha permitido ser madre de mis hijos y con mi femineidad extendida que me llama a ser ‘madre’ en mi perspectiva de vida. Soy feliz con la manera de ser femenina de sentir y amar siendo mujer”. Y respecto a la segunda comenta: “No creo en las divisiones impuestas de cuotas 50-50. Yo creo que debe haber igualdad de condiciones para poder participar como cada uno de nosotros decida. Creo en la igualdad de derechos y oportunidades para que, equitativamente, hombres y mujeres podamos realizarnos como lo que somos y enriquecer así a la humanidad. No me gusta el concepto de empoderar a mujeres y niñas, mas bien yo hablaría de dar las oportunidades y las herramientas necesarias para que cada quien desde su ser mujer o ser varón, pueda enriquecer y humanizar la sociedad. Juntos si, iguales no porque somos diferentes”.

Marlene menciona que está orgullosa de ser mujer “por lo que significa ser mamá, hermana, hija, y porque soy única… Creo que sería adecuado abrir más posibilidades para las mujeres, ayudarles a ver que tienen potencial y desde pequeñas enseñarlas que ellas pueden entrar en cualquier tipo de actividad que les guste o que sea de su agrado”.

Por su parte, Caty también nos explica las razones que la hacen sentirse orgullosa de ser mujer: “Pude dar vida a mis hijos, experimentar los embarazos y poder ser mamá es una alegría que también trajo madurez a mi vida”. Con relación a la segunda pregunta nos comenta que para empoderar sanamente a las niñas: “deben tener influencias positivas, que puedan convivir con su papá y su mamá, que tengan acceso a formación y lo más importante que puedan tener una buena autoestima que les permita plantearse adecuados proyectos de vida. En el caso de las mujeres mamás que puedan tener flexibilidad laboral y jornadas laborales ajustadas a los horarios escolares. En todos los casos, trabajar con su dignidad”.


Asimismo, Berenice nos dice que “el orgullo de ser mujer proviene de la diferencias que existen con el hombre. Al ver a otros hombres (como a mi papá y a mi novio) me doy cuenta del gran potencial tenemos las mujeres. Nuestras habilidades y cualidades complementan a los hombres y ellos a su vez nos complementan a nosotras”. Por otro lado menciona que la participación de hombres y mujeres en nuestro mundo no tiene que ser forzosamente igual o en la misma proporción: “Lo mejor para la sociedad es que las personas más aptas y capaces sean las que ocupen los puestos en cuestión, independientemente de su sexo. En este sentido si reconocemos y valoramos las diferencias que existen entre los hombres y las mujeres, naturalmente habrá espacios suficientes para que todos aporten algo a la sociedad en razón de sus capacidades y posibilidades”. Además, nos comenta que para empoderar a niñas y mujeres es importante “garantizar espacios más seguros en donde las mujeres se puedan desarrollar libre y plenamente para conocer y explotar todo su potencial”.

Vicky explica que se siente orgullosa de ser mujer: “porque tengo el privilegio de colaborar en la sociedad compartiendo con mi ejemplo, fortalecer el valor de la vida, la bondad, la belleza y la verdad”. También nos comenta que más que lograr una participación 50-50 (es decir, un mundo donde participan en igual proporción hombres y mujeres), lo que hace falta es “valorarnos, reconocer nuestra dignidad y la del varón, sin hacernos competencia, descubrir nuestra misión personal y apoyarnos con respeto, ofrecer lo mejor de nosotros mismos y así lograr una sociedad más justa, un mundo mejor para las siguientes generaciones”.


También, Anita menciona que la hace sentirse orgullosa de ser mujer “el poner mis habilidades y destrezas de mujer, el toque especial, el detalle que solemos poner las mujeres en las cosas, eso que hace mas vivible la vida, nuestro ambiente, nuestro hogar. El saber que tenemos el don gestar y proteger a nuestros hijos desde que se les concibe en nuestro vientre hasta que son mayores. El poner ese sexto sentido que tenemos las mujeres para apoyar a nuestro compañero de vida o a nuestra familia, con esa percepción interior que nos caracteriza. El ser la mano que cura el raspón, la palabra afectuosa o regaño a tiempo para corregir. El ser un apoyo, una compañera con quien se puede construir un mundo mejor aportando lo mejor de mí”. En cuanto a la segunda pregunta, ella piensa: “No creo que sea necesario, siempre y cuando haya justicia y se le valore y respete a la mujer tal como es y por lo que es. Compararla con el varón sería devaluar su esencia. Considero que tanto el varón como la mujer son invaluables desde su esencia, ambos tienen igual dignidad pese a ser diferentes son complementarios para vivir armoniosamente y apoyarse mutuamente con sus dones inherentes a su ser. Hay actividades que las desarrollan mejor los hombres y hay actividades que las desarrollan mejor las mujeres. Entonces ya no sería 50-50 sería 100-100 desde su nicho de acción (se trata de sumar no de restar)”.


Por su parte, Mayela señala que ser mujer “es un don que muchas veces nosotras mismas no valoramos”, y en cuanto a la participación de la mujer en el mundo comentó que “es verdad que necesitan abrirse más espacios para que la mujer participe más en ciertos ámbitos, sin embargo, también pienso que a las mujeres nos falta creer más en nosotras mismas, darnos cuenta de que tenemos mucho potencial, que podemos lograr más cosas y realizarnos en muchas áreas laborales y del conocimiento sin hacer a un lado nuestra esencia. Es cuestión de atrevernos”.

Por último, Mónica nos dice que se siente orgullosa de ser mujer: “porque he tenido el privilegio de ser madre, y no sólo porque mi cuerpo esté preparado biológicamente para ello, sino por esa capacidad especial para amar a mis hijos, que me hace superar obstáculos que en un tiempo me pudieron limitar y porque puedo desarrollar capacidades que en otro momento no tenía, además de una gran fortaleza y es, precisamente, por ser mujer”.


Hoy celebramos nuestro ser, nuestra esencia, reconocemos nuestras diferencias con los hombres y las valoramos, puesto que esas diferencias son parte de lo que enriquece nuestro mundo y nuestra sociedad. Celebremos a las mujeres que comparten nuestra vida.

ConParticipación.

Fuentes:
[1] http://www.unwomen.org/es/news/in-focus/international-womens-day