La semana pasada te hablamos sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el cual se conmemoró el 25 de noviembre. Sabemos que a lo largo de la historia las mujeres han sufrido violencia en distintos contextos y ámbitos, y lo que se busca con esta conmemoración es que los gobiernos y la sociedad tomen conciencia de esta problemática. Por otro lado, no podemos dejar de reconocer que en la actualidad también hay hombres que la padecen, sin embargo, en este día se visibiliza la violencia que sufren las mujeres.
En la primera parte de este blog hablamos de la definición de violencia, los tipos que hay, y algunas estadísticas de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 (ENDIREH), que muestra la situación de la violencia que viven las mujeres en México. Si quieres leer esta primera parte haz clic aquí.
En este blog abordaremos el tema desde la perspectiva de una experta, la Lic. Graciela Pérez de León. Ella es licenciada en Derecho y tiene una maestría en Derecho Corporativo. Ha colaborado con el Instituto Veracruzano de las Mujeres en la Defensoría, y ha sido conferencista en diversas ocasiones sobre el tema de violencia de género. Además tiene una amplia experiencia en apoyar y defender legalmente a mujeres que sufren violencia.
Preguntamos a Graciela su opinión sobre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Comentó: “En relación al fenómeno de la violencia que si bien, es tan viejo como la humanidad, también resulta que se ha empezado a visibilizar de unos años para acá sobre todo desde que se publicó la Convención de Belém do Pará. México, al suscribir este documento, se ve obligado a crear mecanismos por medio de los cuales se sancione, se erradique y se prevenga la violencia”. Graciela se refiere a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, llevada a cabo en 1994 en Brasil, mejor conocida bajo el nombre de “Convención de Belém do Pará” por llevarse a cabo en la ciudad del mismo nombre [1].
La Lic. Pérez de León señaló que con respecto a la violencia que hoy viven las mujeres, los esfuerzos que se están haciendo parecen muy pocos o ineficientes, ya que cada día surgen nuevos eventos. “La violencia que me ha tocado a mí atender en muchos casos, la que más me duele, es la de aquellas mujeres que, aún después de explicarles que están siendo víctimas de violencia, no se atreven a dejar al hombre que las está maltratando, por razones algunas explicables y otras no tanto. Algunas te dicen ‘que voy a hacer’, ‘qué vamos a comer’, ‘a dónde vamos a ir’, ‘a dónde me voy a ir con mis hijos, no tengo familia, no soy de aquí’ etc. Teniendo ese tipo de casos de violencia yo les explicaba y les trataba de hacer entender que no merecen ser violentadas, que las mujeres debemos respetarnos a nosotras mismas y hacer que respeten nuestra dignidad, pero ellas no lo entienden”.
Graciela señaló que esto es un fenómeno no solo psicológico, sino psiquiátrico, y que estas mujeres tienen un apego y dependencia hacia el hombre que las maltrata. “Hay diversos casos que a mí me marcaron en algún momento. Yo atendía una persona que identifiqué inmediatamente su caso y el círculo de violencia que cada vez se veía más grave. Comienza con un ‘te quiero mucho’, sigue con ‘tú no me quieres’, ‘tú no me das gusto’, ‘tú tienes la culpa’, entonces, ‘estoy enojado’ y como estoy enojado te maltrato, te golpeo, te insulto, y luego, cuando ya te puse en el suelo, cuando ya estás hasta abajo, humillada, golpeada, maltratada, te pido perdón y empezamos de nuevo”. Por lo general la mujer le cree al hombre pues ella está inmersa en la violencia.
La Lic. Pérez de León nos compartió otro caso que vivió: “Me tocó ver el caso de una persona que ya había llegado al límite. Ella ya se había dado cuenta de que el hombre cada vez era más violento, que era peligroso, sin embargo, la señora se negó a poner una denuncia y aunque lo dejó y se fue a casa de una hermana, no se libró del hombre. Cuando me volvieron a llamar, la señora estaba en un hospital al borde de la muerte, pues el individuo estaba muy enojado porque lo había dejado y como no era de él, no iba a ser de nadie, y la golpeó de tal forma que la dejó en el hospital. Sé que la señora se recuperó, que la familia entró como su apoyo para sacarla de esa situación, pero el asunto está en que no visualizan, no miden la gravedad del peligro al que están expuestas y no piensan que sea necesario una denuncia”. Agregó que no todos los casos tienen que llegar hasta una denuncia pues muchos se pueden resolver con un cambio de actitud de las mujeres, con una separación.
Sobre los casos en los que se presenta una denuncia, Graciela puntualizó que las mujeres violentadas necesitan ir acompañadas de alguien externo. No recomienda que lleguen solas a una fiscalía ya que lamentablemente las personas que atienden los casos en estos lugares no están sensibilizadas y han perdido la empatía para con las víctimas, aún y cuando se muestren desesperadas.
Añadió que hay muchas organizaciones en toda la república que se dedican hacer estos acompañamientos, los cuales deben realizarse de forma integral y constar de aspectos como:
- Realizar la denuncia.
- Darle seguimiento.
- Si es necesario, llegar a la judicialización de la carpeta, es decir, poner ante el juez al individuo (el agresor).
- O bien, llegar a la denuncia y que se genere una orden de alejamiento en contra del individuo.
- También es importante que se hagan estudios psicológicos, médicos, económicos.
Desde la perspectiva de Graciela estos procesos muchas veces carecen de un trato humano como para que las mujeres no sientan pena o temor de ir y poner la denuncia, además de someterse a un proceso que no es rápido. No basta con el acto de presentarse y denunciar. Es necesario ratificar, aportar pruebas, someterse a estudios, traer testigos y completar la carpeta para que cuando llegue con un juez, tenga los elementos para generar un juicio.
Cuando las mujeres son víctimas de violencia, expresó la experta, no pueden pensar con claridad, simplemente no pueden hacerlo, por ello deben estar bien asesoradas, saber qué piso están pisando. Expuso que ahora los agresores están utilizando a los hijos para doblegar a la mujer, esto es lo que se conoce como violencia vicaria. “Hay que ser empáticos, ponerse en los zapatos de ellas y entender que ‘el no puedo’, lo dice todo”.
Este tema —la violencia vicaria— tiene su correspondiente en la alienación parental cuando es la mujer quien aleja a los hijos de su padre.
Sobre las instituciones que pueden apoyar a las mujeres que viven violencia, Graciela comentó que por lo general el DIF, los institutos de la mujer, o instituciones públicas o privadas pueden apoyarlas, e inclusive en la misma fiscalía. Sin embargo, en su opinión falta que se creen muchos más organismos de apoyo a las mujeres. Por otro lado, subrayó la importancia de educar a los niños en la no violencia: “Es importante que desde la educación en casa y en la escuela formal se les diga a los niños que esa violencia no debe existir, que no deben dar ese paso fatal hacia volverse un hombre violento. Lo que nos falta es educación, organismos que se dediquen a la prevención y a dar apoyo integral a las mujeres desde el punto de vista médico, psicológico, social, económico y laboral, para que, si la razón por la que no se van (del contexto violento) es por su situación económica, sepan que hay una opción. Siempre hay una opción”.
Sin embargo, la Lic. Pérez de León señala que lamentablemente a muchas de estas mujeres la única opción que les queda es esperar sufrimiento y que las maten. Expuso que últimamente los feminicidios han ido en aumento y no se han identificado las razones, motivos o patrones para que esto pase. “Queriendo explicar por qué suceden estos feminicidios, solo podemos apuntar a la falta de conciencia del asesino, de la persona que comete ese acto atroz, porque no les importan las consecuencias. México se está volviendo un país sin consecuencias, y eso es lo que nos está llevando a una situación inaceptable, inadmisible, peligrosa, que insisto, hay que voltear hacia la educación, hacia la prevención y a la atención integral de la violencia contra las mujeres”.
En ConParticipación creemos que esta es una problemática que como muchas, debe abordarse desde diferentes frentes: empezando por la familia, la sociedad, el gobierno y las instituciones públicas y privadas. Se requiere un cambio cultural cuyo mensaje principal sea que se debe respetar la dignidad de hombres y mujeres, y que por esta dignidad todos merecemos un trato respetuoso, no violento.
Trabajemos en la educación de nuestros hijos y emprendamos las acciones necesarias para concientizar sobre este tema, apoyar y acompañar a las mujeres, así como denunciar todo aquello que dañe su dignidad e integridad.
ConParticipación
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