El 18 de noviembre de 2022 grupos de médicos de Estados Unidos interpusieron una demanda contra la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus sigas en inglés) para que revoque su aprobación a la mifepristona y misoprostol, fármacos son utilizados para cometer abortos químicos [1].
Las organizaciones demandantes argumentan que cuando se aprobaron estos químicos la FDA consideró al embarazo como una «enfermedad», y que por tanto el aborto químico era «terapéutico», sin estudiar los daños que pudiera ocasionar. Sin embargo, como señaló una de las abogadas de la organización Alliance Defending Freedom, Julie Marie Blake: “El embarazo no es una enfermedad, y los medicamentos abortivos químicos no brindan un beneficio terapéutico: terminan con la vida del bebé y presentan complicaciones graves y potencialmente mortales para la madre” [2].
Otro de los abogados de las organizaciones que interpusieron la demanda señaló que lo que piden a la corte es responsabilizar a la FDA “por su comportamiento imprudente e ilegal”. Además, le solicitan “que rechace la comercialización y distribución de los peligrosos medicamentos abortivos químicos, con el fin de proteger la salud, la seguridad y el bienestar de las mujeres” [3].
Llama la atención que grupos provida han señalado que incluso informes de la FDA señalan que «la píldora abortiva ha resultado en más de 4 000 eventos adversos informados desde el año 2000, incluidas 24 muertes maternas”. De acuerdo con estas organizaciones, estos eventos no siempre se reportan a la FDA, y esta solo pide a los fabricantes de las pastillas abortivas reportar únicamente las muertes maternas a causa de dichos fármacos.
Preocupa que drogas como la mifepristona y el misoprostol sean consideradas como “terapéuticas” cuando en realidad ocasionan el efecto contrario: eliminan vidas humanas y ponen en riesgo la vida y la salud de las mujeres embarazadas. Los efectos adversos de estas drogas están documentados por la misma FDA. Ojalá que la voz de los profesionales de la salud sea escuchada y estos fármacos se logren retirar del mercado, o por lo menos, no sean accesibles por correo como sucede actualmente en Estados Unidos y se informe con objetividad de sus riesgos.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
