A propósito del 25 de noviembre en el que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, seguramente observaremos diferentes eventos, posicionamientos, demandas y opiniones sobre este tema en los distintos medios de comunicación. Por ello creemos que es oportuno compartirte algunas aportaciones sobre la postura de ConParticipación para comprender el tema de la violencia que sufre la mujer.

Primero, queremos subrayar que sí existe la violencia contra la mujer, es un problema real que en nuestro país ocurre desde hace mucho tiempo. Si bien no compartimos la interpretación de ciertos grupos que hablan de “violencia estructural” sí creemos que hay una gran necesidad de un cambio cultural. En días pasados tuvimos la oportunidad de entrevistar a la Lic. Graciela Pérez de León, abogada que lleva muchos años dedicándose a apoyar y defender legalmente a mujeres que sufren violencia. Respecto al Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Graciela comentó: “Las mujeres se han ido haciendo conscientes de lo que es la violencia gracias al esfuerzo y al trabajo de muchas otras. Son más conscientes de cómo la violencia ha estado arraigada en nuestra cultura y a veces pasa desapercibida o la tomamos como algo natural”.

Preguntamos a Graciela cuál creía ella que debería ser el objetivo de que exista un Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ella comentó: “La eliminación de la violencia en contra de las mujeres es un proceso largo que va a tomar mucho tiempo conseguir y estoy segura de que en algún momento todos seremos conscientes de esa violencia, a través de la educación.  Yo le apuesto a la educación”.

Más adelante añadió que ocurre con frecuencia que se juzga a la mujer que sufre violencia, y entonces se cae en culparla de la misma violencia que está viviendo. Lamentablemente esta situación origina que muchas veces la mujer calle y no busque ayuda: “Yo lo que he observado es que la mujer que vive violencia al principio soporta por pena, o sea, ¿a quién le gusta que se sepa que la maltratan? La violencia se va dando por grados hasta llegar a uno extremo, que puede  ser un feminicidio. Cuando la mujer ha sido tan violentada su voluntad se quiebra y en ese momento esa mujer se paraliza emocionalmente. Empieza a aprender a resistir la violencia y a no reaccionar ante ella. Si en algún momento reacciona ahí es el momento justo para que salga de esa situación. Una mujer que vive violencia necesita ser consciente de que la está viviendo y necesita tomar la decisión de dejar esa situación. Entonces es cuando entran a trabajar todos los mecanismos”, refiriéndose a las instancias de gobierno y las leyes que apoyan en el tema de la violencia contra la mujer.

Si quieres ver la entrevista completa que hicimos a la Lic. Graciela Pérez de León haz clic en la siguiente imagen:

Para ver y compartir el video haz clic aquí.

Una vez que hemos reconocido que el problema existe, es importante ver de qué manera debe abordarse. Creemos que es un tema que debe ser afrontado en comunidad,  desde un esfuerzo conjunto en la sociedad.

Probablemente una de las razones por las que se avanza poco es la perspectiva tan limitada con la que se aborda. Consideramos que es un tema que debe verse desde varios ángulos, y evitando reduccionismos.

Te presentamos algunos puntos a considerar:

 • En ocasiones las políticas públicas sobre violencia no se basan en evidencia de resultados y mejores prácticas, sino en sesgos ideológicos y reduccionistas que generan posturas rígidas y dogmáticas de estos problemas (es decir, dejan afuera cualquier retroalimentación que no les favorezca).

Un estudio sobre políticas de género en la Unión Europea, reportó que las políticas que atienden la violencia hacia la mujer mostraban pocos resultados, ya que no tenían diagnósticos claros y adecuados. Además usaban términos ambiguos que no permitían que las leyes se tradujeran en acciones claras, concretas y medibles [1].

• Además los enfoques desde donde se aborda la violencia tienden a ver la masculinidad como una identidad negativa y como el origen de muchos de los males del mundo [2]. Algunas voces críticas de movimientos radicalizados de feministas señalan que estos enfoques tienen una visión negativa de los hombres que solo los excluye de la solución. Esto ocasiona que la investigación que realizan esos movimientos radicales tenga ciertos sesgos con respecto a la metodología de análisis cuantitativo [3]  y que se adhieran dogmáticamente a la idea de que las diferencias entre hombres y mujeres son inventadas por la cultura [4].

• Como tercer punto, señalamos que muchas de la posturas o propuestas que se plantean están basadas en un análisis de lucha de clases o de sistema de poder que contraponen al hombre contra la mujer, porque analizan las relaciones entre hombres y mujeres como la relación obrero-patrón donde uno es el opresor y otro el oprimido.

Además estos enfoques señalan que el tema únicamente puede ser interpretado a partir de estructuras sistemáticas de violencia entre hombres; consideramos que esta aproximación es insuficiente porque no toma en cuenta toda la complejidad de las relaciones humanas.

Por lo anterior consideramos que necesitamos mejores perspectivas para abordar la violencia, que permitan ver varios ángulos para comprender cómo combatir esta problemática que viven las mujeres. Nuestra propuesta como ConParticipación, partiendo de un análisis antropológico, es que para abordar el tema de la violencia debemos considerar a la persona en su integridad.

Además subrayamos la necesidad de construir caminos para que hombres y mujeres se descubran complementarios, iguales en dignidad pero diversos entre sí. Creemos firmemente que estos caminos necesariamente inician en la familia, primera comunidad de todo ser humano. Allí se educa en el amor, la generosidad, el servicio, y se aprende el modelo de relación hombre-mujer. Por ello es tan importante trabajar en los núcleos familiares, en particular en el fortalecimiento de la relación conyugal. Fomentar el respeto, la comunicación no violenta, el manejo sano de los conflictos, tendrá como consecuencia relaciones conyugales fuertes y por ende familias fortalecidas y libres de violencia.  

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ConParticipación

Fuentes:

[1] Bustelo, María & Lombardo, Emanuela. (2005). Mainstreaming de género y análisis de los diferentes marcos interpretativos de las políticas de igualdad en Europa: el proyecto MAGEEQ. Aequalitas. Revista Jurídica de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres. 17. 15-26.

[2]  Hoff Sommers, Christina. 2009. “El feminismo que necesita nuestra época”. Disponible en: http://biblio.upmx.mx/Estudios/Documentos/violenciamujer026.asp

[3]  Por ejemplo Christina Hoff Sommers plantea cómo muchos de los análisis estadísticos que pretenden evidenciar las desigualdades se basan en modificar la metodología de tal forma que los números que se obtienen sean más dispares. Como ejemplo de esto es la brecha de salarios, en la cual se ha demostrado que si se toman en cuenta otros factores como elección de carrera y horas de trabajo de hombres y mujeres, esta brecha prácticamente desaparece. Hoff Sommers, Christina. “Who Stole Feminism : How Women Have Betrayed Women”. New York, London: Simon & Schuster, 1995.

[4]  Véase nota 7. Hoff Sommers. “El feminismo que necesita nuestra época”.