Continuaremos en este artículo con el tema de la Agenda Ciudadana 2021, Vida-Libertad-Verdad. Como recordarás la agenda propone [1]:

Acciones concretas para garantizar la dignidad de la persona, el respeto a la vida humana en todo momento y circunstancia, un efectivo estado de derecho, libertad de pensamiento, expresión y creencias, protección a la familia, el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones, el interés superior de la niñez, así como el acceso a los derechos humanos fundamentales en todas las etapas de la vida. El compromiso para lograr todo lo anterior debe ir sustentado por políticas públicas con un presupuesto para ejercerlo”.

Ya abordamos en el artículo anterior el primer pilar de la agenda, que es el de la estabilidad y bienestar de los núcleos familiares. En esta ocasión hablaremos de otro pilar fundamental: el referente a los jóvenes. Anteriormente comentamos que nuestra labor debe enfocarse en que la juventud tenga un desarrollo pleno como constructores del presente y del futuro. Este pilar se fundamenta en:

  • Importancia del periodo de la juventud. La Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes plantea que esta población requiere “una atención especial por tratarse de un período de la vida donde se forma y consolida la personalidad, la adquisición de conocimientos, la seguridad personal y la proyección al futuro” [2].
  • Carencias y problemas que afectan su desarrollo. La misma Convención señala que los jóvenes tienen grandes carencias y que estas se originan de la privación de derechos fundamentales como educación, empleo, salud, familia, deporte, entre otras [3].

Ahora bien para entrar en el tema de qué políticas públicas pueden ayudar de manera específica a los jóvenes primero es importante saber qué son las políticas públicas. Estas se definen como “el producto de los procesos de toma de decisiones del Estado frente a determinados problemas públicos (…), implican acciones u omisiones de las instituciones gubernamentales” [4]. El gobierno, como encargado del orden y de la administración de los recursos, debe atender y resolver los problemas públicos de la sociedad, y por tanto, diseñar e implementar las políticas públicas que sean necesarias para ese fin [5].

Ahora bien, si las políticas públicas deben orientarse hacia la solución de problemas sociales existentes e identificados, lamentablemente se puede evidenciar que no existen políticas públicas enfocadas a la juventud, sino más bien programas aislados para atender a esa población, y de forma limitada. Cabe mencionar que en la administración pública llega a confundirse el término “programa” con “política”, lo que pudiera traducirse en alguna campaña o actividad de capacitación.

Sobre la creación de políticas públicas eficientes y eficaces dirigidas a los jóvenes, José Francisco Javier Landero Gutiérrez, autor del libro “Rola, balón y condón. Crítica y propuesta a la política pública de juventud en México”, señala [6]:

“Es importante considerar que el joven es una persona con voluntad y anhelos propios. Por ende, sus necesidades y aspiraciones deben abordarse desde una perspectiva amplia y profunda, lo que implica diseñar programas que contemplen soluciones en el mismo sentido. Estas políticas deberán transitar del ámbito de la acción genérica y del discurso melancólico sobre la juventud, al de las iniciativas con impacto social que contribuyan a mejorar las condiciones sociales, económicas, educativas, culturales, de salud, de esparcimiento y de participación de los jóvenes.”

Landero Gutiérrez señala además que para que se dé el desarrollo integral del joven es importante considerar tres dimensiones [7]:

  1. Desarrollo y salud física. Lo que implica la responsabilidad sobre su persona, traducido en una alimentación adecuada, practicar una actividad y conductas que lo fortalezcan.
  2. Mental. Adquirir conocimientos, desarrollo intelectual y cultural que lo lleve a apreciar la belleza, la bondad y la verdad.
  3. Trascender. Experiencia de la persona que lo lleva a tener un sentido y propósito de su existencia y de sus acciones. Encontrar en lo cotidiano una razón de vivir, tener un sistema de valores. La trascendencia involucra el educar al joven en el amor y en desplegarse en generosidad y solidaridad. Lo anterior lo invita a respetar desde la dignidad de las personas hasta su entorno y medio ambiente.

Un ejemplo de programa para jóvenes son las becas “Benito Juárez” [8] programa del Gobierno de México que consiste en ofrecer estímulos económicos a estudiantes de bachillerato de instituciones públicas con el fin de disminuir la deserción escolar. Si bien este apoyo económico puede subsanar carencias de los estudiantes, se podría cuestionar su eficacia si solo se reduce a proveer de recursos, como si esta fuera la única solución para evitar que no dejen la escuela. Además, podría ser regresiva pues independientemente del nivel económico del joven se otorga el estímulo sin evaluar quién lo necesita verdaderamente. Es una política que no considera el entorno familiar o la violencia en la que se pudieran encontrar inmersos los jóvenes.

Ya expusimos los elementos principales de las políticas públicas dirigidas a los jóvenes y cuáles pensamos que deberían ser sus objetivos. Abordaremos ahora uno de los subtemas que están incluidos en el pilar de jóvenes de la Agenda Ciudadana 2021: la educación afectiva integral.

Vemos que en la actualidad muchos programas de salud del gobierno, concretamente los que se refieren a la salud sexual, parecen enmarcar al joven en una visión materialista, y lo invitan a ejercer una sexualidad en un momento en que no se podrían afrontar todas las responsabilidades asociadas a esa actividad, y no considera la afectividad y la trascendencia de su vida sexual. Aspectos como el amor, la comunicación, el respeto no se toman en cuenta en sus programas. Al contrario, se habla de deseo, satisfacción e impulsos, lo cual implica una visión limitada que reduce los programas de salud sexual para los jóvenes en el reparto de anticonceptivos, sin alertar sobre las consecuencias de su uso ni las problemáticas de salud sexual que enfrentan los jóvenes en esta etapa.

Un ejemplo de este tipo de programas es la estrategia #PásalaSiNoTeEmbarazas, iniciativa que presentó a inicios de noviembre de este año el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM). La estrategia pretende prevenir el embarazo en adolescentes, así como sensibilizar a la población en general sobre este tema. Tiene elementos que se pueden valorar positivamente, como son los servicios de consejería y consultas psicológicas que ofrece–cuyo enfoque debería ser integral- por otro lado, anuncia que se implementarán acciones de promoción en cines y autobuses, así como capacitaciones, talleres, concursos, spots y podcasts, aunque al parecer se concentran en el uso de anticonceptivos sin atender a todas las dimensiones de la persona [9]. Se observa en estos programas un enfoque hacia una “solución rápida” al embarazo en adolescentes, cuando en realidad la necesidad es hacia la educación en la afectividad, la responsabilidad de los propios actos y la trascendencia de las relaciones sexuales como ya comentamos.

Otro subtema que aborda el pilar de jóvenes es el tema del empleo. A lo largo de diferentes administraciones de gobierno hemos visto la implementación de programas dirigidos a promover y proveer de empleo a los jóvenes, sin embargo, no siempre los resultados han sido los esperados. En la actualidad existe el programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, dirigido a jóvenes entre 18 y 29 años de edad, y cuyo objetivo es brindar capacitación y empleo a quienes no estudian ni trabajan (los jóvenes denominados “ninis”). En concreto el programa otorga becas mensuales en efectivo a sus inscritos. Dicho programa ha venido en caída ya que ha carecido de la supervisión necesaria, lo cual ha dado lugar a fraudes, falsos negocios y otras irregularidades [10].

Es cuestionable que se diseñen programas a partir de generalizar la problemática juvenil sin considerar las características y necesidades propias de esa población. Es necesario romper con paradigmas, conceptos o etiquetas que les dan a los jóvenes pues cada uno juega un papel importante en el tejido social sin importar su origen, condición social, económica o educación. En el caso de los jóvenes llamados “ninis”, sería importante considerar la información disponible de este grupo, sus necesidades específicas, características, cuántos jóvenes hay en este estatus, para posteriormente, diseñar políticas públicas y programas enfocados a apoyar y resolver las necesidades específicas de esta población.  

Miguel Székely agrupa y propone los programas para jóvenes en tres apartados los cuales dependen de las necesidades, situaciones y aspiraciones de ellos [11]:

  1. Programas de protección. Que incluyan servicios de salud de acuerdo con las necesidades de los jóvenes, con información objetiva sobre sexualidad responsable y sus consecuencias, así como asesoría para los padres.
  2. Programas de ampliación de capacidades. Los cuales desarrollarán las capacidades de los jóvenes a partir de los 15 años con mayor cobertura de educación media superior, incentivos para la permanencia escolar, tutorías, etc.
  3. Programas de generación de opciones. Los cuales abran oportunidades para que los jóvenes tengan opciones de trabajo, iniciativas de autoempleo, capacitación para emprender, trabajo comunitario, etc.

Generar políticas públicas orientadas a la juventud implica la clara identificación de los problemas de esta etapa para concretar un desarrollo integral de los jóvenes. Es necesario establecer prioridades y analizar los programas actuales para asignar un presupuesto acorde a esto. Diseñar un plan de trabajo que incluya una estrategia -como se llevarán a cabo los programas- para la formulación de la política y posteriormente llevarla a la implementación.

 “Los jóvenes son el futuro del país”. Pero en realidad, son el presente. Construyamos un mejor México con una política pública integral que vea al joven como un ser humano con dignidad y que requiere de las condiciones necesarias para desarrollarse e insertarse de forma exitosa en la sociedad. Hay mucho trabajo por hacer. Comprometámonos con lo que a cada uno le corresponde, desde su trinchera: familia, trabajo, escuela. Empapémonos más sobre la agenda ciudadana pues es necesario conocer para poder actuar: https://www.agendaciudadana2021.org/

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ConParticipación

Fuentes:

[1] Boletín de prensa de la presentación de la Agenda Ciudadana 2021 Vida-Libertad-Verdad en el Estado de México, 24 de marzo de 2021.

[2] Convención iberoamericana de derechos de los jóvenes, https://oij.org/wp-content/uploads/2017/01/Convenci%C3%B3n.pdf

[3] Ibíd.

[4] http://www.diputados.gob.mx/bibliot/publica/inveyana/polisoc/dps22/4dps22.htm

[5] Ibíd.

[6]

https://www.academia.edu/11465215/Rola_bal%C3%B3n_y_cond%C3%B3n._Cr%C3%ADtica_y_propuesta_a_la_pol%C3%ADtica_p%C3%BAblica_de_juventud_en_M%C3%A9xico

[7] Ibíd.

[8] https://www.becasmexico.com.mx/becas-benito-juarez

[9] https://elcapitalino.mx/edomex/presento-secretaria-de-salud-pasalasinoteembarazas/

[10] https://www.eluniversal.com.mx/opinion/carlos-loret-de-mola/se-cae-pedazos-jovenes-construyendo-el-futuro

https://www.gob.mx/profedet/articulos/programa-jovenes-construyendo-el-futuro-oportunidad-educativa-y-laboral-184843

[11] https://www.gob.mx/imjuve