Se acerca la celebración del Día del Niño y en ConParticipación queremos aprovechar esta ocasión para hacer una serie de reflexiones sobre nuestro presente y futuro, que observamos se ve marcado por una notoria disminución en la natalidad de la población al menos en el mundo occidental. Dedicamos por lo tanto este blog para conocer a fondo el contexto y las estadísticas, con el fin de crear conciencia en la sociedad y alertar al gobierno sobre el fenómeno del invierno demográfico, y la importancia de implementar estrategias para revertirlo. 

El invierno demográfico y sus principales motivos

El invierno demográfico se puede entender como una tendencia global de disminución de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, que resulta en un envejecimiento de la población, y en consecuencia, en una disminución importante de la población total. Existen diversos factores que ocasionan que la tasa de natalidad disminuya, entre ellos un notorio cambio en los valores culturales de la sociedad, el crecimiento de las urbes, el aumento del costo de vida, e incluso motivos ecológicos.

El crecimiento acelerado y no planificado de las urbes afecta a las familias 

La vida urbana va creciendo de manera rápida y de alguna manera representa una forma de vida llamativa para las personas. Tan solo el Banco Mundial estima que actualmente un poco más del 50% de la población vive en zonas urbanas y prevé que para el 2045 la población urbana aumentará 1.5 veces. Para el 2050, 7 de cada 10 personas vivirán en ciudades [1], esto implica una gran planificación del crecimiento para garantizar los servicios básicos de las ciudades, y asimismo asegurar la producción de las materias primas. 

Más del 80% del producto interno bruto (PIB) mundial se genera en las urbes [2]. Con esta información vemos que el problema de fondo no está en querer vivir en la ciudad o en alguna zona rural, en donde, por cierto, también se genera de manera relevante la economía de cientos de miles de familias. El reto de fondo es que se está dejando de lado la construcción de un proyecto en conjunto para formar matrimonios y familias, y con frecuencia este crecimiento acelerado de las urbes no considera este proyecto. 

La infraestructura de las ciudades normalmente dificulta a las familias su dinámica y supervivencia. En relación con este tema, el Mtro. Juan Antonio López Baljarg, director del  Instituto de Análisis de Política Familiar, ha señalado: “En la Ciudad de México, en zonas metropolitanas, las familias con menos ingresos llegan a invertir la tercera parte de ellos solamente en trasladarse a su lugar de trabajo, y si a eso le agregamos que estas mismas familias en zonas urbanas tienen que trasladarse de una a tres horas, pues nos encontramos que las familias que tienen menos ingresos y más necesidad, son las que tienen menos posibilidades de mantener una familia” [3].

En conclusión sobre este punto, los gobiernos deberían considerar a la familia y los factores que le benefician y que le perjudican al momento de pensar en la urbanización y crecimiento de las ciudades.

Sé es más feliz, se vive más y mejor en familia

Académicos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard realizaron un estudio que fue publicado en el volumen 5 del journal Global Epidemiology en 2023. Dicho estudio dio seguimiento a casi 12 000 enfermeras estadounidenses, todas originalmente solteras, durante casi 25 años. Algunas mujeres eventualmente se casaron y formaron familia, mientras otras continuaron solteras. Dentro de los resultados del estudio se encontró que las mujeres casadas tenían un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que es la principal causa de muerte de las mujeres en los EE. UU. Asimismo, las mujeres casadas también eran más felices, más optimistas y menos propensas a sufrir depresión y soledad que las que no se casaron. Aunque este estudio no tenía el objetivo de medir resultados en los hombres, también se descubrió que el matrimonio tiene beneficios aún mayores para la salud de los hombres, así como se asocia con vidas más longevas [4]. 

El estudio mencionado nos ayuda a comprender que el desarrollo personal y profesional no deben estar en contraposición con formar una familia, sino todo lo contrario. El núcleo familiar es una red de apoyo e impulso para cada uno de los miembros que la conforman.

La relación entre el aumento de costo de vida y la tasa de natalidad

La relación entre estos factores puede variar por las diferencias culturales y económicas que puedan existir entre los países y regiones. Sin embargo, en países donde el costo de vida es alto, es común que las parejas pospongan la decisión de tener hijos e incluso piensen en no tenerlos o tener pocos. Esto se da debido a la preocupación que se desencadena al darse cuenta de las implicaciones económicas de mantener una familia. El aumento de los costos de vida incluyen la vivienda, educación, salud, seguridad, entre otros.

Países que ofrecen apoyos económicos para aumentar la tasa de natalidad

Como ya decíamos existe el fenómeno en varios países de que las parejas ya no quieren tener hijos, lo cual ocasiona un suicido económico para su futuro. En países de Europa occidental como Alemania y Francia el costo de vida es alto. Por ello los gobiernos han decidido ofrecer apoyos económicos para incentivar a las familias a tener hijos [5]. Así que en los países donde el gobierno ofrece apoyo financiero y recursos para las familias, la tasa de natalidad puede ser más alta. Estas políticas ayudan a los matrimonios a sentir mayor estabilidad financiera para tener una familia con mayor número de hijos.

Países como Japón y Corea del Sur experimentan costos de vida sumamente altos, y hasta hace relativamente poco tiempo no contaban con apoyos gubernamentales lo cual ha impactado negativamente su tasa de natalidad debido a las preocupaciones económicas.

En los países de América Latina en donde el valor de la familia es de gran importancia y el costo de vida no es tan elevado, observamos que el contexto favorece a las familias para que tengan hijos. Aun así, se observa que la tasa de natalidad ha disminuido, pero no tan drásticamente como ha sucedido en otras regiones del mundo. De acuerdo con la CEPAL, se estima que América Latina y el Caribe alcance su nivel poblacional máximo en el 2058 con un total de 767.5 millones de personas. A partir del año 2059 se prevé una disminución de la población regional [6].

En la segunda parte de este blog mostraremos algunos datos sobre las tasas de fecundidad en México en las últimas décadas y cómo con la excusa de la afectación al medio ambiente se propone la absurda “solución” de no tener hijos.

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://www.bancomundial.org/es/topic/urbandevelopment/overview#:~:text=En%20el%20mundo%2C%20m%C3%A1s%20del,crecimiento%20y%20proporcionar%20servicios%20b%C3%A1sicos.

[2] Ibíd.

[3] https://conparticipacion.mx/la-familia-institucion-que-mas-aporta-bienestar-social-y-economico/

[4] 

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590113323000020

https://c-fam.org/friday_fax/un-commission-on-women-ignored-benefits-of-marriage/

[5] https://es.euronews.com/next/2023/03/03/como-son-las-ayudas-por-natalidad-en-europa

[6] https://www.cepal.org/es/comunicados/america-latina-caribe-alcanzara-sus-niveles-maximos-poblacion-2058