Morgan Keller, una joven que experimentó la ‘destransición’ (que implica revertir un previo proceso de “cambio de sexo”) testificó durante una audiencia en el Congreso de Ohio para apoyar a la HB 68, conocida como la Ley SAFE, que busca prohibir prácticas mutilantes en niños “transgénero”. Keller compartió cómo los profesionales de la salud afirmaron su confusión de género sin abordar problemas subyacentes de salud mental, lo que resultó en que haya tomado decisiones devastadoras y permanentes [1].
A los 22 años, se sometió a una doble mastectomía convencida de que tendría una «transición hermosa» —en palabras de sus médicos—, pero después de experimentar problemas físicos y mentales, decidió detransicionar. Sobre lo anterior, destacó que la falta de guía al padecer disforia de género, llevó a que “fuera despojada de la capacidad de dar su consentimiento informado”, por tanto, subrayó la necesidad de proteger a los niños de intervenciones médicas irreversibles [2].
Keller argumentó que la HB 68 ayudará a evitar que los niños en Ohio enfrenten situaciones similares, y enfatizó la importancia de la orientación exhaustiva antes de tomar decisiones clínicas irreversibles. Además, señaló la falta de alternativas viables y la presión hacia la medicalización en la transición de género, expresando su arrepentimiento por haber seguido esa ruta [3].
El testimonio de Keller es clave para ayudar a más personas que atraviesan por una situación de disforia de género. Lamentablemente al abordar este trastorno se ha visto que muchas personas que representan confianza y profesionalidad no siempre guían de la mejor manera a quienes lo padecen, algunos incluso los presionan para comenzar con tratamientos hormonales y cirugías irreversibles.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
