En enero de este año el experto en orientación sexual e identidad de género (SOGI por sus siglas en inglés) Victor Madrigal-Borloz, introdujo un Call for input (Convocatoria a contribuciones) ante la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, como preparación para presentar un reporte en la 53.a sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU [1]. Desde la perspectiva del medio Friday Fax el documento contenía preguntas sesgadas que implicaban que la práctica de la libertad religiosa y de conciencia debería ser restringida bajo el falso argumento de prevenir la discriminación en relación con la orientación sexual y la identidad de género.
Ante esto, el Centro para la Familia y los Derechos Humanos (C-Fam) respondió mencionando que la libertad de religión y de conciencia se encuentran entre los principios más protegidos dentro de las leyes de derechos humanos internacionales, mientras que la orientación sexual e identidad de género son términos controversiales y que no terminan por estar bien definidos. Por otras acciones similares llevadas a cabo en el pasado por Madrigal-Borloz, C-Fam afirma que se puede leer la intención de elevar los temas relacionados con la orientación sexual e identidad de género a las conversaciones internacionales para comenzar a considerarlos como derechos humanos [2].
Vemos los constantes esfuerzos por invalidar la libertad religiosa y de conciencia bajo el falso argumento de discurso de odio para lograr la aceptación e imposición de la agenda de la ideología de género de manera global. Los derechos humanos son inherentes a la persona, por lo que el Estado solo tiene la responsabilidad de reconocerlos. Asimismo, no se pueden eliminar derechos humanos pues nadie tiene la facultad para hacerlo.
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