El gobierno de Escocia pretende que alrededor de 8 000 servidores públicos incluyan sus pronombres en sus firmas de correo electrónico, medida que tiene relación con la ideología de género. Ahora tendrían que incluir los términos “él”, “ella”, “ellos” o términos “no estándar”.
A través de una encuesta interna se conoce que un 60% de los servidores públicos no respalda esta medida, sin embargo, una de las funcionarias públicas más importantes de Escocia, Leslie Evans, ha pasado por alto esto. Trina Budge, directora de la campaña For Women Scotland, criticó la forma en que Evans y el gobierno han manejado esta política a implementar, pues desde su punto de vista se estaría invitando a la discriminación por razón de creencias y de sexo [1].
Llama la atención que la mayoría de los servidores públicos de Escocia se oponga a la implementación de esta política, que se relaciona con la ideología de género. Esta medida constituye una intromisión y una imposición que rebasa los límites del respeto que supuestamente propone.
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