El 17 de enero, en una nota de El Sol de México, se informó que varios damnificados por el huracán Otis, en Acapulco, Guerrero, están siendo extorsionados y amenazados por miembros del crimen organizado. Las víctimas de esta extorsión fueron parte del censo realizado por la Secretaría del Bienestar para recibir apoyos económicos que iban desde los ocho mil a los sesenta mil pesos para la limpieza y reconstrucción de sus viviendas. Estas extorsiones se añaden a las que ya sufrían comerciantes y transportistas. Más de 250 mil familias recibieron apoyos del gobierno después de que el huracán en cuestión dañara severamente el puerto en octubre de 2023 [1]
Los criminales identificaban a las familias beneficiarias del apoyo monetario al ver la calcomanía que la Secretaría del Bienestar colocó en sus hogares, después de realizado el censo para determinar los daños por el huracán Otis. Se presentaban en esas casas censadas y les solicitaban cierta cantidad. Según información de algunos ciudadanos, pedían cinco mil pesos, y amenazaban a la familia diciéndoles que si no daban el dinero “se atuvieran a las consecuencias”. La información sobre estas extorsiones se fue difundiendo, de modo que varias familias quitaron la calcomanía del censo [2].
Las extorsiones por parte del crimen organizado dejaron pérdidas por más de 400 millones de pesos a los negocios de Acapulco [3].
El crimen organizado parece no tener límites y ahora extorsionan incluso a personas que han recibido dinero del gobierno para reconstruir sus viviendas en Acapulco. Es urgente que las autoridades persigan a estos criminales, hagan justicia y protejan a la población de estos grupos que crean tanta inseguridad y temor entre la ciudadanía.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
