El pasado 15 de junio circularon a través de redes sociales imágenes de un perro muerto, las cuales fueron difundidas por Vanessa ‘N’, una adolescente que había adoptado al animal días antes de su muerte. En sus redes la joven revela que fue ella quien torturó y mató al animal por “diversión” [1].
Lo anterior despertó el enojo colectivo en la comunidad de Huauchinango, Puebla, lugar en donde ocurrieron los hechos. Alumnado del CBTis 86, escuela a la que asiste la responsable, se manifestaron para que las autoridades del plantel y del estado tomen cartas en el asunto. El perro, llamado “Huellitas”, era conocido por los alumnos pues rondaba las instalaciones de dicha escuela [2].
Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial (SMADSOT) de Puebla informó que ya se presentó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado por actos de crueldad animal [3].
El maltrato animal es inaceptable. Por un lado llama la atención ver que en muchos casos se alza la voz y las personas se movilizan para manifestarse en contra del maltrato animal, pero por otro, vemos múltiples amenazas y daños contra la dignidad de la persona y muy pocos alzan la voz para defender la vida humana.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
