En 2016 Canadá legalizó el suicidio asistido (asistencia médica para morir, o MAID por sus siglas en inglés) para las personas con una condición de salud grave e irremediable. Más grave aún, el gobierno progresista de ese país años después reformó la MAID para permitir que personas cuya muerte no sea “razonablemente previsible” (un límite difuso que permitiría que casi cualquier persona enferma de cierta gravedad pueda cometer suicido asistido) pudieran terminar con su vida [1].

Tal es el caso lamentable de Jacquie Holyoak, quien tiene fibromialgia debilitante y debido a su condición ya no puede trabajar y depende del apoyo que recibe del gobierno. Ella expresa que dicho apoyo no le es suficiente para subsistir, por lo que está pensando en el suicidio asistido. Holyoak menciona que no lo consideraría si no fuera por su situación económica [2].

Por otro lado, grupos de personas con discapacidad en Canadá están alzando su voz para recordarle a las personas con enfermedades que sus vidas son valiosas y que no recomendarán el suicidio asistido. Algunos de los grupos que están concientizando sobre este tema son, la Coalición de Personas con Discapacidades de New Brunswick, Disability Without Poverty, el grupo BCANDS, Defensores de la vida, entre otros [3].

Es lamentable que gobiernos como el de Canadá vean en el sucidio asistido y/o la eutanasia una solución para aquellas personas que padecen de alguna condición médica. La vida de cada persona es valiosa. Se debe eliminar el dolor, no matar al enfermo. Trabajemos por crear instituciones, gobiernos y familias que sepan acompañar a personas enfermas hasta su muerte natural.

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://www.cbc.ca/radio/thecurrent/maid-poverty-disability-1.6687453

[2] Ibid.

[3] https://www.lifesitenews.com/news/canadian-disability-groups-are-shying-away-from-recommending-assisted-suicide/?utm_source=top_news&utm_campaign=usa