La pandemia ha afectado de distintas formas a la población mundial y en particular a niños y adolescentes, quienes han experimentado estrés, miedo e incertidumbre. Por ejemplo, alrededor de 140 000 niños han perdido a un padre, madre o abuelos por motivo de la pandemia en los EE. UU. Investigaciones indican que los niños pertenecientes a familias de minorías raciales han tenido hasta 4.5 más riesgo de perder a uno de sus familiares en comparación con otros niños.

Una de las emergencias que más han sido atendidas en los hospitales en la pandemia son casos relacionados con la salud mental de niños. Se indica que entre marzo y octubre de 2020 hubo un aumento del 24% de este tipo de casos en niños de 5 a 11 años, y de un 31% para los niños de 12 a 17 años. A su vez, hubo un incremento de más del 50% de visitas a los servicios de emergencia por casos de supuestos intentos de suicidio entre niñas de 12 a 17 años a principios de 2021, esto comparado con el mismo periodo del 2019 [1]. Los índices de suicidio tanto para adolescentes como adultos aumentan cuando se está expuesto a mucho estrés.

Como sociedad es importante velar por el bienestar emocional de niños y adolescentes, dado el incremento en los casos de afectaciones a la salud mental de esa población. Los padres de familia tienen un rol importante en la observación del comportamiento de sus hijos para detectar señales de alerta de que algo estuviera afectando su salud emocional.

ConParticipación

Fuente:

[1] https://www.healthychildren.org/spanish/health-issues/conditions/covid-19/paginas/signs-your-teen-may-need-more-support.aspx