El 25 de septiembre de 2022 en Cuba se llevó a cabo un referéndum para que los ciudadanos votaran un nuevo “Código de las Familias”, que buscaba entre otros puntos equiparar al matrimonio la unión de personas del mismo sexo, que los homosexuales pudiera adoptar, y la legalización de los vientres subrogados. La votación final quedó en un 66.87% a favor del código y un 33.13% en contra [1].
Previamente al referéndum el gobierno emprendió una fuerte campaña mediática para respaldar el nuevo código familiar. Sin embargo, hubo una fuerte oposición de parte de grupos que han mostrado su preocupación de que esta medida afecte a las familias fundada en la unión entre hombre y mujer [2].
El nuevo código define el matrimonio como la unión «entre dos personas», con lo cual abre la puerta a que las parejas homosexuales puedan recibir acta de matrimonio y adoptar hijos [3]. Esto es preocupante pues los menores huérfanos tienen derecho a ver restituido aquello que perdieron, un padre y una madre. Imponerles la convivencia con dos hombres o con dos mujeres es ir contra sus derechos fundamentales.
La familia es la institución básica de la sociedad y lamentablemente con la aprobación de este nuevo código se verá afectada en su definición, estructura y derechos. Solo pueden unirse hombre y mujer, y de esta unión puede surgir una familia, pues solo de esta forma es posible la procreación. Además la maternidad subrogada tiene riesgos pues convierte a la mujer en un objeto al servicio de la procreación, y al hijo en gestación en objeto de compra-venta.
ConParticipación
Fuentes:
[2] https://apnews.com/article/religion-cuba-caribbean-gay-rights-0576a6d3583959d9252e252964d152bb
