Un grupo de mujeres encapuchadas vandalizó las instalaciones de Quadratín Estado de México y realizaron acciones violentas dentro y fuera de las oficinas. Este grupo alegó que la información publicada por este medio de comunicación no concuerda con sus expectativas, y pese a que se intentó dialogar con ellas, estas no cesaron de realizar destrozos y pintas en áreas de producción, redacción y oficinas. El personal de este medio de comunicación tuvo que resguardarse ante el temor de mayores confrontaciones o daños a su integridad física [1].
El feminismo radical comienza a cruzar nuevas fronteras en la violencia y ahora agrede a quienes no se dobleguen a sus exigencias sobre la información que debe comunicarse.
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