El Senado de Canadá aprobó el Proyecto de Ley C-7 con enmiendas para ampliar los casos de personas que elijan morir bajo la práctica de eutanasia. En ellas se incluye a las personas que soliciten la eutanasia por el temor de perder su capacidad mental excluyendo a las que padezcan Alzheimer. También se pretende eliminar el requisito de que la muerte natural sea razonablemente previsible, lo que permitirá que quien no tenga una enfermedad terminal pueda tomar la decisión de morir por eutanasia. El proyecto de ley irá a la Cámara de los Comunes para que los representantes acepten o rechacen algunas o todas las enmiendas [1].
Este proyecto de ley hace que el Estado claudique en los esfuerzos de atender a las personas que tienen problemas de salud mental y enfermedades terminales. El Estado debería expedir leyes que faciliten a los enfermos terminales los cuidados paliativos necesarios para morir sin dolor, en lugar de simplemente facilitar la eutanasia.
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