En México han sido constantes los ataques en contra del derecho a la vida de los hijos en gestación. De acuerdo con la observación de los hechos de la cultura y de la sociedad que hacemos en ConParticipación, pensamos que estos ataques continuarán, y es por esta razón que es necesario que no bajemos la guardia y hagamos lo propio para evitar que el aborto sea legalizado en más estados de nuestro país. Y por qué no, también lograr que se dé marcha atrás en los estados donde ya es legal. 

Como parte de los esfuerzos que contribuyan a dicha causa, realizamos algunos eventos de formación con la Arquidiócesis de Monterrey. El pasado 22 de marzo del presente invitamos a la maestra Diana Gamboa para que impartiera la conferencia “El pretendido derecho al aborto”. Ella es autora de un libro con ese mismo nombre, tiene formación como abogada y es maestra en Derecho Constitucional por la Escuela Libre de Derecho. También es Profesora universitaria, articulista en la revista Paréntesis Legal, y columnista en la revista Tiempo de Derechos Litigante y Consultor. 

La ponente inició este espacio de análisis compartiendo la reflexión que se hizo tiempo atrás cuando iniciaron los debates en la Suprema Corte sobre el tema del aborto. “Me pregunté si efectivamente como mujer tengo derecho a impedir que mis hijos nazcan. (La respuesta fue) No realmente. Ese es el origen de todo este proceso de reflexión que eventualmente culminó con mi libro”. Agregó que en el título de su libro, “El pretendido derecho al aborto”, se advierte que la conclusión es que “terminar con la vida humana en su etapa más vulnerable, no es un derecho, y esto quisiera recalcarlo no desde la opinión de Diana Gamboa, sino con fundamentos normativos válidos vigentes y supremos. Uno puede afirmar que terminar con la vida humana no es un derecho. El aborto no es un derecho”.

La ponente nos llevó a través de su exposición a reflexionar qué pasa si una conducta es afirmada como derecho. Explicó que una conducta se puede promover y generar que se acceda a ella. Si se reconoce como reprochable, en este caso, como un delito, entonces se busca prevenirla, inhibirla o evitar que suceda. “Por eso la pregunta sobre si el aborto es un derecho o no, va mucho más allá de un problema lingüístico. Es un problema de fondo que deviene consecuencias de política pública prácticas y concretas como lo que hoy vemos. Ell activismo judicial de nuestra Suprema Corte que construyó el presunto derecho al aborto en sede judicial ha tenido o se ha desenvuelto en una serie de consecuencias prácticas sumamente problemáticas, no solo en el ámbito jurídico sino en el ámbito social, particularmente en nuestros jóvenes, a quienes se les siembra la idea de que terminar con la vida humana en gestación es un derecho”

La maestra Gamboa, refiriéndose al contenido de su libro, expuso los siguientes aspectos:

  • Hay que afirmar que el aborto no es un derecho mediante el estudio y análisis.
  • Hay que afirmar que el concebido en gestación, por ser un individuo humano único y distinto de su madre, es digno y, por ende, su vida merece respeto y protección.
  • Esa afirmación nos va a llevar de la mano para afirmar de manera correlativa que terminar con esa vida no puede afirmarse en calidad de derecho, por lo menos conforme a nuestro orden jurídico válido y vigente.

¿Cómo llega la maestra Gamboa a esta afirmación? “Esta proposición la hago con base en dos premisas que realmente son bastante sencillas. La primera es la que yo denomino la premisa fáctica esencial o la premisa de hecho. Es la demostrable: individualidad y pertenencia a la especie del concebido en gestación, y por otra parte, la premisa teórica, que es propiamente la premisa jurídica, es la dignidad humana en su sentido ontológico, es decir, la dignidad del ser por el simple hecho de ser que está reconocida y afirmada en el orden jurídico mexicano. Porque está reconocida tanto en la Constitución, como a nivel internacional. El valor es inherente a todos los miembros de la familia humana, y en función de esas dos premisas, la fáctica o de hecho y la teórica o de derecho, es que podemos afirmar este valor inherente a la vida humana y en gestación, que amerita su protección vía políticas públicas y, por tanto, hace incompatible con nuestro orden jurídico la afirmación de que terminar con esa vida es un derecho”.

Premisa fáctica esencial o de hecho 

La calidad de individuo humano único y distinto de su madre es demostrable por lo menos desde tres disciplinas científicas: la biología celular, la genética y la embriología. 

La premisa fáctica consiste en que la individualidad y pertenencia a la especie son comprobables desde estas tres disciplinas de manera muy sencilla. “La pertenencia a la especie se comprueba de una manera lógica y de una manera digamos científica. Una manera lógica es de una especie; no se puede procrear un individuo de una especie distinta. Eso parece bastante evidente, pero ¿cómo demostrar la pertenencia a la especie del concebido en gestación? Es mediante un análisis cromosómico, digamos que el concebido en gestación desde la etapa unicelular de zigoto tiene esta cualidad cromosómica que permite identificarlo como miembro de la especie humana, y por otro lado la individualidad. Dentro de los miembros de una misma especie ¿cómo distingo a uno de otro más allá de esta evidencia visual que tenemos todos? El ADN nos funciona como clave de individualización. Ya sabemos que un organismo pertenece a una especie y para distinguirlo de los miembros de su especie, utilizamos o podemos valernos del ADN en términos demostrables”. 

En relación con lo anterior, la maestra Gamboa expuso, de cara a la premisa fáctica, varias preguntas que quizá has escuchado en distintos ambientes: “¿Porqué hoy en las distintas latitudes, no solo en nuestro país, hay quienes pretenden o ponen en duda esta realidad demostrable? ¿Por qué hay quienes niegan la individualidad y pertenencia a la especie del concebido? ¿Por qué hay quienes niegan que hay vida?”. Ante esto, ella misma responde que es una realidad muy compleja ya que hay que tomar en cuenta que el aborto es un negocio muy lucrativo. En este sentido, expresó: “Desde el negocio que se ha hecho, se ha tratado de inyectar en el diálogo público una serie de narrativas que en última instancia son deshumanizantes. Me refiero a que niegan precisamente la humanidad del concebido para efectos de poder descartarlo sin necesidad de justificar la validez jurídica y, por ende, también moral de esta conducta”.

En México ¿qué está sucediendo?

De acuerdo con investigaciones, Gamboa señaló que en Latinoamérica se han inyectado cantidades millonarias de dinero para construir una narrativa de diálogo público con tinte ideológico. Lo ejemplificó exponiendo algunas cifras: por lo menos del año 2008 al 2016, la IPPF (siglas de Federación Internacional de Planificación Familiar, en su traducción al español) organización internacional abortista más grande del mundo, “inyectó en México por lo menos 18.8 millones de dólares para fomentar la visión del aborto como un derecho. ¿A dónde se fue ese dinero? GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida) es quien ha llevado todos estos litigios estratégicos a las Suprema Corte, quien ha sido de las principales beneficiarias del negocio del aborto en México”. 

A lo anterior agregó que también la organización MEXFAM tiene clínicas abortivas y que estas organizaciones en México y en distintos países de Latinoamérica han recibido sumas millonarias “para distorsionar el diálogo público y fomentar la visión del aborto como un presunto derecho. Como todo buen negocio, buscan de qué manera se vende mejor su producto y su servicio, es decir, el aborto. Engañan a nuestra juventud, diciéndoles que es un «acto de libertad de la mujer», que es un acto que la empodera, que ayuda a reducir la discriminación contra ella. Entonces esta narrativa falsa también se basa en esto que les digo: en la negación de la evidencia o en la negación de la realidad indiscutible de que el concebido en gestación es un individuo humano único y distinto de su madre”.

Como ejemplos, la ponente expuso algunas acciones que realizan para fomentar el aborto, tales como las guías que emite la IPPF para hablar del aborto y que transmite a todas las organizaciones. Estas sugieren no hablar de “bebé”, de “niño” o del “concebido”, sino más bien de “cúmulo de células”, es decir, deshumanizan el lenguaje para adormecer conciencias. De esta forma “legitiman el descarte de ese colectivo humano”, indicó la maestra.

Una fecha importante en el tema del aborto en México, y a la que Gamboa se refiere como una trágica fecha, es la de septiembre de 2021, mes en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), “mediante un muy problemático ejercicio de activismo judicial, afirmó que terminar con la vida humana en gestación, es un presunto derecho. Entonces hoy tienes una narrativa pública que se sostiene ya no solo en los mensajes ideológicos sembrados en el diálogo público desde el periodismo y otros espacios, sino desde una Suprema Corte que se ha prestado a este activismo, que se emite, además, en franca contradicción con lo que dispone nuestra Constitución y los tratados en materia de derechos humanos de los cuales México presuntamente es parte”. Hoy es innegable desde la evidencia científica que desde la concepción hay vida humana individual, señaló la ponente.

Y uno de los contra argumentos de esta premisa es que “no hay consenso” de cuándo inicia la vida.  Y esto se refuta recordando a quien señala esta afirmación “que el conocimiento científico no se extrae del consenso sino de la evidencia, y hoy la evidencia disponible más actual nos permite afirmar sin duda alguna esta realidad: que el concebido en gestación es un individuo humano único y distinto de su madre. La natural dependencia del concebido respecto de la madre, ¿los homogeniza? ¿Lo hace ser parte de la madre? No. es distinguible. ¿Pero qué sucede? Que el concebido se ubica en una situación de vulnerabilidad diferenciada porque depende enteramente de su madre para subsistir”. Señala que la mujer embarazada podría hacer lo más que pueda para proteger esa vida, sin embargo, “cuántas veces se padecen abortos espontáneos a pesar de que uno desea cuidar y proteger esa vida (…). Pero la premisa fáctica es una realidad demostrable que hoy se pone en duda desde una perspectiva ideológica que tiene por base un negocio sumamente lucrativo, que lamentablemente se hace millonario a costa del exterminio de los miembros más frágiles de la especie humana, que son los concebidos en gestación”.

En nuestro siguiente blog continuaremos el resumen de esta conferencia, que tratará sobre la premisa teórica fundamental o la premisa de derecho, así como parte de las consecuencias que conlleva el aborto.

ConParticipación

Fuente:

[1] Tomado de la conferencia “El aborto como pretendido derecho” dictada por la maestra Diana Gamboa, 22 de marzo de 2024.