En los primeros días de enero de 2024, en su discurso anual a los embajadores extranjeros en la Santa Sede, el Papa Francisco abogó de manera firme por la prohibición global de la gestación subrogada, tachándola como una práctica reprobable y una seria transgresión a la dignidad de la mujer y el niño. El Papa expresó su deseo de que la comunidad internacional trabaje en conjunto para prohibir universalmente esta práctica, coincidiendo con los debates en el Senado italiano sobre su prohibición y la propuesta de un tratado internacional al respecto [1].

Asimismo, el Papa estableció un vínculo entre la preservación de la paz a nivel global y la protección de la vida en el vientre de la madre, al tiempo que criticó la «cultura de la muerte» en Occidente. Asimismo alertó sobre los riesgos de la ideología de género, la cual amenaza a instituciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y algunas de sus agencias —si bien, lamentablemente, desde hace tiempo en la ONU se promueve dicha ideología—. También hizo un llamado a respetar la Declaración Universal de Derechos Humanos, expresando su inquietud por la introducción de “nuevos derechos” que contradicen los principios originales, especialmente la ideología de género, que considera peligrosa y generadora de divisiones [2].

Es relevante que el Papa Francisco haya hecho una declaración tan clara sobre la gestación subrogada. Esta declaración abre el diálogo para reflexionar sobre el respeto a la dignidad del ser humano en su origen y evitar considerarla una cosa que se puede alcanzar cruzando límites éticos que se deben respetar. 

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://c-fam.org/friday_fax/pope-francis-calls-for-global-ban-on-surrogacy/

[2] Ibíd.