Planned Parenthood (PP) recibió una demanda por haber calculado erróneamente  las semanas de embarazo de una mujer que cometió un aborto a través de pastillas abortivas. Las acusadas son una doctora y una enfermera que laboraban en el Centro White Plains de Planned Parenthood y en los Centros de Spring Valley, ambos ubicados en Nueva York, EE. UU. [1].

La clínica abortista había calculado las semanas de embarazo por medio de una entrevista por videollamada sin nunca realizarle un ultrasonido a la paciente ni cerciorarse de la información. De acuerdo con los reglamentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), para el proceso es necesario también el consentimiento escrito de la madre, que tampoco se realizó [2].

De acuerdo con su testimonio, la mujer abortó de una de las formas más traumantes y dolorosas a su hijo de aproximadamente 30 semanas de gestación, en el baño de su casa. El niño tenía el cuerpo totalmente formado. Tras lo sucedido la mujer notificó a Planned Parenthood y ellos le aconsejaron deshacerse de las «pruebas» y no llamar a las autoridades [3].

Es lamentable que los abortos sean todavía una realidad para tantas mujeres que atraviesan por un embarazo en crisis. Este tipo de noticias nos hacen ver que las verdaderas intenciones de las clínicas abortistas son generar ingresos económicos para sus empresas, sin tener el mínimo interés por buscar el cuidado de la madre. El aborto está mal en todos lo casos, se pierde una vida y se lastima otra.

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://www.liveaction.org/news/planned-parenthood-lawsuit-abortion-pill-30-week/

[2] Ibíd.

[3] Ibíd.