Una investigación realizada por Elva Mendoza, periodista del medio Quinto Elemento Lab, expone que los Sistemas DIF de al menos nueve estados de México, han enviado a cientos de niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, así como personas con alguna discapacidad, a los centros llamados “anexos” —centros de rehabilitación—. Allí conviven con personas internadas por consumo de drogas o alcohol, aunque los remitidos por el DIF no tengan un problema de drogadicción. Lamentablemente en los anexos  se han documentado casos de explotación, maltrato y tortura [1].

Quinto Elemento tiene evidencia de que los siguientes estados acostumbran esta práctica: Aguascalientes, Ciudad de México, Chihuahua, Colima, Estado de México, Michoacán, Morelos, San Luis Potosí y Tabasco [2]. 

Cabe mencionar que los DIF son instituciones de gobierno que están a cargo de proteger a menores de edad y a quienes se encuentran en condición vulnerable. Reciben a personas víctimas de violencia, abuso, abandono u orfandad. Sin embargo, al llevar a estas personas a los anexos, en lugar de a casas hogar, o a un lugar donde estén a salvo, los exponen a mayores riesgos [3].

Toda persona es digna de respeto y no debe ser tratada como “desechada”. Las instituciones como el DIF deben asegurar el cuidado y el mayor bien para los menores y personas vulnerables. Es necesario que el gobierno genere políticas para que haya espacios que brinden atención adecuada y especializada para esas personas, y que dichas políticas se transformen en realidades.

ConParticipación 

Fuentes: 

[1] https://quintoelab.org/project/dif-infancia-ninos-rehabilitacion-anexos

[2] Ibíd. 

[3] Ibíd.