En una declaración emitida el 13 de marzo del presente, el movimiento Pasos por la Vida hizo un llamado a los legisladores para que emitan leyes en contra de los vientres de alquiler (o vientres subrogados) o cualquier otra forma de explotación de la fertilidad femenina. Señalan que es una forma de violencia contra la mujer, y que además, esta actividad incrementa el riesgo de que exista el tráfico de bebés [1].
Pasos por la Vida informó que está llevando a cabo una campaña de pintas de bardas en estados como Coahuila, Michoacán, San Luis Potosí, Jalisco y Ciudad de México para visibilizar esta grave práctica. De acuerdo con la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México, en 2018 esta actividad ganó ingresos por seis mil millones de dólares y para 2025 podría aumentar hasta los veintisiete mil quinientos millones de dólares. En México se cobra por esta práctica en promedio noventa mil dólares, pero a la mujer que gesta el bebé solo se le pagan entre nueve mil y diez mil dólares [2].
Pilar Rebollo, vocera de Pasos por la Vida, señaló que muchas mujeres que sufren necesidad económica y que se prestan a esta práctica, se han convertido prácticamente en esclavas. Agregó: “Queremos sensibilizar tanto a los legisladores locales como a los federales para que pongan fin a estas prácticas que sirven para enriquecer a empresas internacionales y que dan un trato inhumano a la mujer y al niño que lleva en el vientre. La venta y compra de órganos está prohibida, ¿cómo es que permitimos venta y compra de niños?, ¿cómo es que permitimos el comercio de personas? Esta práctica no se parece en nada a una adopción, pero sí al comercio humano” [3].
Preocupa que en México se realice la renta de vientres y que no haya aún legislación que regule esta práctica, que más bien debería estar penada pues lo que sucede en la práctica es que se explota a las mujeres involucradas y se comercia con seres humanos. La vida humana no debería ser objeto de compra venta, como si fuera una cosa, merece respeto y de hecho está protegida por la ley.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
