Datos preliminares de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud, refieren que hasta el 8 de agosto del presente año la razón de mortalidad materna (RMM) ha tenido una disminución de un 18.7% con respecto al año 2022, y un 46. 4% menos con relación al 2011. En lo que va del año, hasta el 8 de agosto, se tenían 25.6 defunciones por cada 100 mil nacimientos, cifra considerablemente baja en comparación con las 47.7 defunciones por cada 100 mil nacimientos que se tenían en 2011 [1].
Los estados con más defunciones maternas del país son: Estado de México con 36; Chiapas, 27; Veracruz, 23; Guerrero, 23 y Puebla, 22. Las principales causas de defunción son directas y corresponden a hemorragia obstétrica, enfermedad hipertensiva y aborto (espontáneo) [2].
Miguel Villa Guerrero, coordinador de Enseñanza en Ginecología y Obstetricia del Hospital General de México, enfatizó que las mujeres embarazadas y las “personas gestantes” (mujeres que se sienten e identifican como hombres y que se embarazan) deben acudir a la unidad médica más cercana en caso de presentar una o más señales de alarma, tales como dolor de cabeza intenso que no desaparece con reposo o que empeora con el tiempo, mareos, desmayos o convulsiones, visión borrosa, zumbido de oídos y/o temperatura corporal igual o mayor a 38° C [3].
El Hospital General de México brinda servicio las 24 horas. Desde 2012 esta institución aplica el Código Mater, que es una activación de un equipo médico y de enfermería de respuesta inmediata ante una emergencia obstétrica que pone en riesgo la vida de la madre y del hijo en gestación. El propósito es evitar la morbilidad y muerte materna [4].
Es positivo que se reduzca la mortalidad materna en nuestro país, pero al mismo tiempo, es preocupante que las políticas de salud invisibilicen el derecho a la vida de los hijos en gestación y asuman un lenguaje que desconoce que solo las mujeres pueden embarazarse.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd.