En Victoria, Australia, se ha aprobado un proyecto de ley en el que se dice que es ilegal intentar cambiar o suprimir la orientación o identidad sexual de una persona. Este proyecto aún debe ser firmado por el gobernador general de esa provincia australiana para posteriormente obtener el consentimiento real y aplicarse dentro de 12 meses [1]. Un padre de familia que tuviera un hijo que experimente confusión sexual no podría llevarlo a que recibiera apoyo médico, psicológico, espiritual, o de cualquier otro tipo para resolver su confusión.
La ley de Prohibición de Prácticas de Cambio o Supresión (Conversión) es contraria al derecho a la libertad que tienen los ciudadanos en un país libre y democrático. Las personas deberían tener la libertad de acudir a terapias psicológicas o del tipo que elijan, si experimentan algún problema o incomodidad relacionado con su orientación o identidad sexual. Esta ley tiene como base una visión de la sexualidad que es contraria a la biología y trata de imponer esta visión a toda la población.
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