Lilia Rose, quien es presidenta y fundadora de Live Action, entrevistó a Beverly McMillan, una ginecóloga obstetra certificada con 45 años de experiencia, quien fuera abortista. McMillan narró su experiencia al ser proaborto y cómo su vida dio un giro para nunca más volver a realizar abortos [1].
McMillan detalló su experiencia como residente en obstetricia y ginecología en 1969. Compartió que en secreto se llevaba a las mujeres sangrando con un útero agrandado a la sala de obstetricia. Las mujeres no hablaban de lo sucedido porque los abortistas les aconsejaban que mintieran sobre el aborto químico o quirúrgico porque de otra forma, serían tratadas “como basura”. Como sea, las mujeres no serían procesadas y los abortistas solo protegían sus intereses [2].
Hoy en día McMillan, quien participó en más de 500 abortos, anima a las mujeres que están considerando cometerlo que visiten un centro de embarazo provida. “El aborto viene con un mayor riesgo de abuso de drogas, abuso de alcohol, depresión y suicidio. Eso significa que ha sucedido algo que violó algo muy tierno, muy real en ti”, expresó [3].
El aborto nunca será la solución para ninguna mujer. Al contrario, acaba con la vida del hijo en gestación y pone en riesgo la vida de la mujer exponiéndola a serios problemas de salud físicos y mentales. Así como McMillan, muchas otras personas que practicaban abortos decidieron no hacerlo nunca más al darse cuenta de que estaban eliminando la vida de bebés en el vientre de sus madres. Hoy muchos de ellos trabajan en crear conciencia sobre esta realidad: el aborto es en realidad eliminar vidas inocentes.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
