El entretenimiento siempre ha sido una parte importante de la vida humana, desde los espectáculos teatrales de la Antigua Grecia, las películas de Hollywood, hasta las horas aparentemente interminables de reels en Instagram, o los videos de TikTok. No es nuevo que el entretenimiento sea un vehículo para transmitir ideas, valores o hasta ideologías. Por ejemplo, las obras de literatura clásica nos transmiten mensajes sobre la condición y la naturaleza humana, dilemas éticos, las ironías de la vida, los valores que mueven a las personas, e incluso ideas políticas, entre muchos otros temas. 

Hay un fenómeno que hemos observado desde hace muchos años en los medios de comunicación, sobre todo masivos, y que se resume en el famoso dicho “Al pueblo, pan y circo”. Es decir, que a las grandes masas se les llega a través de la comida y el entretenimiento, pero aquí la connotación sería un tipo de entretenimiento que no tiene mucha sustancia, que no necesariamente transmite valores o ideas más profundas, sino algo mucho más superficial, sensacionalista, e incluso podría ser hasta vulgar.

Si bien no podemos generalizar, la realidad es que sí identificamos contenidos como programas de radio o televisión que transmiten este tipo de entretenimiento. Pero cabe cuestionarnos: ¿hay un límite en esto? Es decir, en nombre del entretenimiento, ¿es válido que se transmitan contenidos que critican, denigran, insultan, o exponen al ridículo a personas? 

Hay un ejemplo concreto de esto en la actualidad: hablamos del programa La Casa de los Famosos México 2024 [1]. Este reality show ha alcanzado cifras impresionantes: más de 6.5 mil millones de reproducciones de video en redes sociales en solo tres semanas, y 35 millones de votos en una sola eliminación [2].

Publicación en Instagram por parte de una colaboración entre las cuentas oficiales de @Televisa, @tuprensa @lacasadelosfamososmx sobre las métricas de La Casa de los Famosos México 2024 [3].

¿Qué estamos sacrificando por entretenimiento?

Desde ConParticipación nos preguntamos ¿a qué costo las personas disfrutan de este entretenimiento? Más allá de las estadísticas y los éxitos mediáticos, debemos reflexionar sobre lo que realmente estamos sacrificando en el proceso. Al consumir contenido basado en la vida privada de otros, estamos participando en una forma de entretenimiento que se alimenta del morbo y la invasión de la privacidad.

Esto no solo afecta a los participantes, sino que también tiene implicaciones más amplias para la sociedad en su conjunto. La cultura de la exposición constante nos lleva a cuestionar qué es lo que estamos valorando en nuestra sociedad: ¿es la autenticidad o el drama lo que realmente buscamos?   

El placer de ver sufrir a otros: ¿a qué precio?

En la era digital la fascinación por el sufrimiento ajeno ha tomado nuevas formas, particularmente a través de programas como La Casa de los Famosos. Este fenómeno no es reciente, a lo largo de la historia la humanidad ha mostrado un inquietante interés por el sufrimiento de los demás. Desde los espectáculos de gladiadores en la Antigua Roma, hasta las actuales transmisiones de reality shows, el morbo por ver a otros sufrir, o pasar situaciones ridículas o embarazosas ha sido una constante cultural.

Hoy en día este morbo ha adquirido una dimensión en cierto sentido más penetrante gracias a las redes sociales. La capacidad de comentar, compartir y amplificar el sufrimiento ajeno ha transformado la manera en que se consume este tipo de contenido. Las redes sociales no solo facilitan el acceso a estos espectáculos, sino que también fomentan la participación activa de la audiencia. Esta participación puede amplificar el impacto del sufrimiento, generando un ciclo continuo de consumo y difusión de dolor y controversia.

El problema del morbo es que deshumaniza a las personas involucradas. Al convertir sus experiencias en mero entretenimiento, se minimizan sus sentimientos y se reduce su humanidad a una serie de reacciones que deben ser observadas y comentadas. La Casa de los Famosos es un ejemplo emblemático de cómo el entretenimiento puede degenerar en un espectáculo donde el sufrimiento se convierte en el principal atractivo.

La experiencia del espectador termina siendo una experiencia reduccionista de la persona humana, que lleva a concluir que tal o cual persona es lo que mostró en el reality show. 

Este tipo de contenido no solo afecta a los protagonistas de estos programas, que se ven obligados a exponer sus vidas privadas a un público que a menudo se regodea en sus desgracias, también afecta a los espectadores. Al ver repetidamente el sufrimiento de otros, los espectadores pueden volverse insensibles a la realidad del dolor ajeno. Esta insensibilización puede llevar a una deshumanización generalizada, donde el sufrimiento ya no se percibe como una experiencia profunda y conmovedora, sino como un espectáculo trivial.

Además, la normalización del morbo tiene consecuencias más amplias. El consumo constante de contenido que amplifica el sufrimiento puede influir en la manera en que las personas perciben y manejan el dolor en su propia vida. Puede llevar a la aceptación de la violencia y la humillación como formas legítimas de entretenimiento y, en última instancia, a afectar las relaciones personales y la manera en que interactuamos con los demás en la vida cotidiana.

La preocupación es evidente: el placer derivado del sufrimiento ajeno puede contribuir a una cultura que trivializa el dolor y la angustia, impactando tanto a quienes están en el centro del espectáculo como a quienes lo observan. 

Desde ConParticipación creemos que es crucial considerar las implicaciones de este tipo de entretenimiento y preguntarnos si de verdad vale la pena pagar el precio que estamos dispuestos a pagar por el “placer” de ver sufrir a otros.

En el siguiente blog continuaremos analizando este tema.

ConParticipación

Fuentes:

[1] https://www.lacasadelosfamososmexico.tv/ 

[2]https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/La-Casa-de-los-Famosos-ha-registrado-mas-de-6.5-mil-millones-de-reproducciones-20240815-0103.html 

[3] https://www.instagram.com/p/C-tFOymSBdC/