Los servicios sexuales, ¿trabajo o esclavitud? (parte 1)
Desde hace varios años se ha planteado la idea de que las personas que comercian con su cuerpo, es decir, quienes se dedican a la prostitución, sean considerados como trabajadores, y por tanto, que esa actividad sea otra más a las que las personas se pueden dedicar para solventar sus necesidades financieras. En otras palabras, proponen que la prostitución sea considerada un trabajo como cualquier otro. ¿Es válido este planteamiento? En este blog lo analizamos.