Durante la reunión anual de la Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un nutrido grupo de países rechazó que se incluya el lenguaje sobre “educación integral en sexualidad” en una resolución sobre violencia contra los niños, a pesar de la presión ejercida por países que querían impulsar el término.

En el 2018 la Organización de Naciones Unidas (ONU) publicó una guía global sobre el controvertido término “comprehensive sexuality education” (“educación integral en sexualidad”) en la que se propone que a partir de los cinco años se enseñe a los niños que el género es una construcción social, promueve la masturbación como algo “normal” a partir de los 10 años, y además propone que se incluya en la enseñanza de niños de primaria información sobre varios tipos de “familias no tradicionales”, lo cual implica un énfasis en el adoctrinamiento en la ideología de género en temas LGBTI. Los países africanos y otros países como Rusia presionaron para que se usaran los términos acordados de salud sexual y reproductiva, ya que la “comprehensive sexuality education” (“educación integral en sexualidad”) es un término polémico y ambiguo [1].

Las organizaciones internacionales deben guiarse bajo los principios de derechos humanos y pluralidad, donde se promueva el consenso, la discusión y la promoción de medidas efectivas, no ideologizadas, que lleven a mejorar la calidad de vida. Además, las disposiciones que afectan a los niños deben ser especialmente cuidadosas de no contener medidas ideologizadas, experimentales, o que tengan el riesgo de afectar el desarrollo de los niños.

ConParticipación

Fuente:

[1] https://c-fam.org/friday_fax/world-health-assembly-rejects-comprehensive-sexuality-education/