De acuerdo con la Ley Nacional de Ejecución Penal (LNEP) la cual está vigente desde junio de 2016, un infante puede vivir junto con su mamá en prisión hasta los 3 años. En México, se calcula que más de 1 500 menores de edad viven dentro de una cárcel. Lo lamentable es que estos lugares de reinserción social no cuentan con los espacios y regulaciones adecuados para que los menores tengan un sano desarrollo [1].

Los resultados de la Encuesta Nacional de Población Privada de Libertad (ENPOL) muestran que el 57% de las madres privadas de libertad indican que existe una falta de acceso a una alimentación adecuada para los niños. Además, el 79% no tiene acceso ni espacios adecuados para un adecuado desarrollo tanto físico como emocional y psicológico. Al no contar las madres con redes de apoyo, sus hijos se encuentran en situación de vulnerabilidad [2]. 

La institución FUNFAI, ofrece un espacio seguro y digno para que los hijos de mamás privadas de su libertad puedan desarrollarse en todos los sentidos, mientras sus mamás cumplen su condena. En FUNFAI los niños tienen alimentación, vivienda digna, educación, juego, atención médica y psicológica. Además la fundación acompaña a las mujeres próximas a ser madres dentro de la cárcel con apoyo psicológico, cursos/talleres y diversas estrategias de desarrollo personal y reinserción social [3].

Es lamentable que un menor de edad nazca o se desarrolle dentro de un centro de reinserción social, sin embargo, en muchos de los casos esta es la única alternativa que tienen muchas mujeres. En esas situaciones debe darse prioridad al interés superior del menor y diseñar el internamiento de modo que ayude al mejor desarrollo de estos niños.

ConParticipación 

Fuentes: 

[1] https://www.infotecnia.mx/e-news/nl_img.php?l=7265636f727465732f706572696f6469636f732f31363033373832

[2] Ibíd. 

[3] Ibíd.