Marihuana: estudios demuestran que causa daño cerebral permanente

Como ya lo comentamos en un artículo anterior, en días pasados la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) generó jurisprudencia que autoriza el uso de la marihuana para fines recreativos, es decir, cualquier persona puede solicitar un permiso para sembrar y consumir su propia marihuana. Uno de sus principales argumentos fue que para el libre desarrollo de la personalidad a nadie debería prohibirse consumir marihuana como diversión [1]. Es casi como decir que si a un hijo le gusta jugar “ruleta rusa” para el desarrollo de su personalidad lo puede hacer libremente, no importa lo que piensen sus padres ni que pueda perder la vida.

Reflexionemos un poco. Alejémonos del debate de la “libertad personal” o el “derecho al libre desarrollo de la personalidad”. Lo verdaderamente importante es que la marihuana causa daños a la salud, entre ellos, daño cerebral. Es importante saberlo y difundirlo.

Al legalizar la marihuana se está arriesgando la salud de nuestros jóvenes. De por sí ya existe un grave problema de alcoholismo en los jóvenes. Si a eso añadimos el consumo de drogas, el resultado puede ser muy serio. En la etapa de la adolescencia son especialmente vulnerables pues la droga afecta las funciones y desarrollo cerebrales. Vamos a hablar de los estudios que así lo demuestran.

En la adolescencia y juventud se presentan cambios físicos y psicológicos importantes que definirán toda la vida [2]. Parte de estos cambios importantes son los que presenta el cerebro, el cual alcanza su desarrollo completo hasta ya terminada la adolescencia y entrada la primera juventud, aproximadamente a los 22 años. “No hace mucho, la mayoría de los científicos creía que el cerebro había madurado por completo a la llegada de la pubertad. Sin embargo, estudios actuales de imagenología revelan que el desarrollo del cerebro del adolescente todavía está en progreso. Entre la pubertad y la adultez temprana tienen lugar cambios espectaculares en las estructuras del cerebro involucradas en las emociones, el juicio, la organización de la conducta y el autocontrol” [3].

Tanto el alcohol como las drogas ocasionan daños importantes en el cerebro de los jóvenes. Se ha demostrado “beber alcohol y consumir drogas, como el cannabis, a una edad temprana causa problemas con las capacidades cognitivas, como el aprendizaje, la atención y la toma de decisiones, así como el rendimiento académico en la escuela” [4]. Los daños ocasionados pueden ser irreversibles. El cerebro nunca lograría su madurez completa si se consumen sustancias que lo alteran.

Hablando concretamente del alcohol, en la sociedad se ve como “normal” su consumo entre los jóvenes. Sin embargo quizá muchos desconocen que “las evidencias científicas de los últimos años indican que el consumo abusivo del alcohol durante la adolescencia altera la maduración y plasticidad del cerebro, causa deficiencias cognitivas y conductuales en el adolescente y aumenta el riesgo de un posterior abuso y dependencia al alcohol” [5]. Estos déficits pueden ser permanentes y mantenerse hasta la edad adulta [6].

Ahora bien, comparando el alcohol con la marihuana, se ha encontrado que los efectos de la marihuana en las funciones cerebrales de los adolescentes son más dañinos que el alcohol e incluso irreversibles, es decir, no se vuelven a recuperar [7]. A nivel cognitivo, se ha probado que disminuye el coeficiente intelectual definitivamente. Existen varios estudios que se han realizado al respecto.

Uno de esos estudios, dirigido por la profesora Madeline Meier de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, analizó el impacto del uso de la marihuana en varias funciones cerebrales de 1,037 personas nacidas entre 1972 y 1973. Se les dio seguimiento hasta que cumplieron 38 años. Quienes habían usado la droga al menos cuatro veces a la semana, año tras año, durante su adolescencia, sus 20 años y, en algunos casos, sus 30 años, mostraron una reducción en su coeficiente intelectual (CI). El estudio concluye que en cuanto más fumaba el individuo, mayor la pérdida en el CI. Uno de los puntos mas importantes del estudio fue demostrar que el daño era irreversible. Al dejar de usarla o reducir su uso no lograron restaurar completamente su pérdida de CI [8].

Otro estudio realizado en Canadá por la profesora Patricia J. Conrod en la Universidad de Montreal, dio seguimiento aproximadamente a 3,800 adolescentes por 13 años. El estudio demostró que el uso de la marihuana es mucho más dañino que el alcohol y los efectos son irreversibles. “Se sabe que beber alcohol y consumir drogas como el cannabis a una edad temprana, causa problemas con las capacidades cognitivas, como el aprendizaje, la atención y la toma de decisiones, así como el rendimiento académico en la escuela. Este estudio encontró que estos problemas aumentaban a medida que aumentaba el consumo de cannabis, y los efectos eran duraderos, a diferencia de los del alcohol” [9].
Un estudio más, realizado por la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, dirigido por la neurocientífica Michelle Glass, arrojó los siguientes resultados: “Los científicos siguieron durante más de 20 años a un grupo de 1.000 jóvenes y encontraron que los que habían comenzado a usar marihuana antes de cumplir los 18 años -cuando su cerebro estaba aún desarrollándose- mostraban una reducción “significativa” en su coeficiente intelectual” [10].

Seamos conscientes de los daños que producen drogas como la marihuana y supervisemos a nuestros hijos especialmente en la difícil etapa de la adolescencia. Nuestra presencia, apoyo, y los puentes de comunicación que tendamos con ellos, serán fundamentales para disminuir el riesgo de que caigan en adicciones. La vida se disfruta precisamente viviéndola, enfrentando retos y desarrollando nuestras capacidades, no evadiéndola mediante el uso de sustancias que solo dañan la salud. Cuidemos a nuestros adolescentes y evitemos que consuman drogas y alcohol.

ConParticipación

Fuentes:
[1]https://adnpolitico.com/mexico/2018/10/31/la-suprema-corte-sienta-jurisprudencia-en-uso-recreativo-de-marihuana
[2] Santrock, John. Psicología del desarrollo en la adolescencia (2004). Madrid, ES: McGraw-Hill España. ProQuest ebrary. Web. 30 April 2017. p. 14.
[3] Papalia, Diane; Feldman Duskin, Ruth y Martorell, Gabriella. (2012) Desarrollo Humano. México: McGrawHill Education. p. 10.
[4] https://www.bbc.com/news/health-45732911
[5] Laespada Martínez, María Teresa, ed. (2014). Consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes: una mirada ecológica. Bilbao, ES: Publicaciones de la Universidad de Deusto, 2014. ProQuest ebrary. Web. 2 May 2017. p. 92.
[6] Ibíd, p. 88.
[7] https://amp.usatoday.com/amp/1539574002

[8]https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/08/120828_marihuana_deterioro_cerebral_men.shtml
http://today.duke.edu/2012/08/potiq
[9] https://www.bbc.com/news/health-45732911
https://ajp.psychiatryonline.org/doi/10.1176/appi.ajp.2018.18020202
[10] https://www.nzherald.co.nz/nz/news/article.cfm?c_id=1&objectid=10830922