Michelle Bachelet, alta comisionada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los derechos humanos, expresó en una sesión del Consejo de Derechos Humanos de dicho organismo, que el trato que los talibanes otorgarán a mujeres y niñas en Afganistán supondrá una “línea roja” en cuanto al cumplimiento de los derechos humanos en ese país. La funcionaria ha recibido reportes de ejecuciones de civiles y miembros de las fuerzas de seguridad, así como de otras violaciones a los derechos humanos.
Por su parte Shaharzad Akbar, presidenta de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, recalcó que la ONU debe ir más allá de las declaraciones de consternación “o de buenas intenciones y crear un mecanismo para investigar y documentar las violaciones de los talibanes a los derechos humanos de la población afgana” [1].
Es importante que la comunidad internacional a través de organismos como la ONU se mantenga al tanto de que se respeten los derechos humanos fundamentales en Afganistán, dada la entrada del régimen talibán a este país. Es necesario que se fortalezcan las redes de cooperación entre los países con el fin de que se respeten los derechos de las personas, independientemente del régimen político al que estén sometidos o del lugar en el que se encuentren.
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