En el estado de Nueva York, EE. UU., se están dando pasos hacia la legalización de la maternidad subrogada. Esto ha ocasionado que grupos que defienden los derechos de las mujeres y grupos que se oponen a la trata de personas, muestren su desacuerdo por esta medida. Por otro lado en Rusia se quiere restringir esta actividad, que ya se considera una industria. En un seminario organizado por C-Fam [1], diferentes expertos hablaron sobre los inconvenientes de este tipo de reproducción humana asistida, entre los que destacan los daños a la mujer y a los niños así concebidos. Las mujeres que se prestan a esta actividad pueden sufrir riesgos como complicaciones del embarazo y el parto; en cuanto a los recién nacidos, se les excluye del contacto físico y la lactancia materna [2].
La maternidad subrogada es una práctica que algunos países promueven pero que conlleva riesgos para las mujeres involucradas en ella. Se debe considerar que la vida humana no se puede prestar a ser objeto de negocio. Es positivo que cada vez se unan más voces para denunciar que esta es una práctica que explota a la mujer y puede demeritar la salud del niño.
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