El Día Internacional de la Mujer en Ciudad de México hubo luces y sombras. Por una parte hubo mujeres que protestaron por la igualdad y por la violencia que sufren muchas mujeres en nuestro país, pero por otro lado algunos grupos feministas se enfrentaron con violencia a la policía en diferentes puntos de la ciudad. Algunas mujeres derribaron la valla colocada alrededor del Palacio Nacional y agentes de la policía respondieron con gases lacrimógenos para dispersar a las manifestantes. Se reportó que hubo un total de 81 heridos. Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la ciudad, comentó que se está investigando a los manifestantes que participaron en los disturbios y negó que se haya reprimido a las atacantes con gases lacrimógenos [1].
El Estado debe hacer justicia ante los actos de vandalismo y la violencia ocurridos en la manifestación por el Día Internacional de la Mujer en el zócalo de la capital. Al mismo tiempo debe atender las denuncias legítimas de las mujeres. Es importante ver qué hay más allá de las manifestaciones, y no perder de vista a otros grupos que también protestan de manera pacífica y exigen demandas justas. Hubo muchos otros incidentes violentos en el resto del país que quedan impunes y que también debería atender la autoridad.
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