Desde la perspectiva de los valores fundamentales, la dignidad de la persona, el bien de la familia y de la sociedad, ¿qué se puede esperar y qué cambios puede haber en el gobierno de Joe Biden, respecto a lo que se vio en la administración de Trump? Vamos a partir de un principio: “people is policy”. Hay un dicho en español que refleja la misma idea: «Dime con quién andas y te diré quién eres». Esto quiere decir que el tipo de personas que elige un gobernante nos permite saber qué tipo de política va a tener o qué tipo de decisiones va a tomar. Según esté conformado su equipo, así va a ser su gobierno. ¿Por qué tomamos este principio? Porque no tenemos una bolita mágica para saber qué va a hacer Biden. Lo que sí podemos saber es lo que el presidente electo de Estados Unidos ha dicho y qué personas ha elegido para ocupar ciertos puestos.
Fijémonos primero que nada en su vicepresidenta, Kamala Harris. Ella fue Fiscal General del Estado de California. Durante su periodo como fiscal, levantó cargos y multó a un investigador que descubrió que la organización abortista Planned Parenthood estaba dispuesta a vender restos de abortos. Así es, Kamala Harris, en vez de castigar a Planned Parenthood por vender restos humanos, intentó meter a la cárcel y multó a quien descubrió ese tráfico de órganos [1]. Por otra parte, ya siendo senadora, Kamala Harris se expresó muy agresivamente varias veces en contra de la posición provida de la candidata a jueza de la Corte Suprema Amy Coney Barrett, durante la audiencia para su nombramiento [2]. Además, Harris en diversas publicaciones en sus redes sociales ha celebrado la promoción del aborto.
¿Qué se puede esperar de una vicepresidenta así? Que se comporte en contra del derecho a la vida. Además, Kamala Harris se ha expresado en varias ocasiones a favor de diversos temas de la ideología de género [3]. También podemos ver a Xavier Becerra, quien sustituyó a Kamala Harris como Fiscal General de California y que ahora ha sido nombrado como Secretario de Salud y Servicios Humanos. Lo que podemos esperar es que habiendo tenido la misma escuela, se comporte de la misma forma que Kamala Harris en temas de salud [4]. ¿Esto qué implicaría? Implicaría una política de salud no solamente contraria a la protección de la vida humana antes de nacer, sino que también apoyaría temas de ideología de género, por ejemplo, la hormonación de menores de edad, el cambio de sexo quirúrgico y muchos otros, a los que se aplicarían fondos públicos. Esto es lo que se puede prever.
Apenas el 19 de enero de este año se anunció el nombramiento de Rachel Levine como Subsecretario de Salud, una persona transgénero que estaba a cargo de la Secretaría de Salud en el estado de Pensilvania [5]. Esta persona fue quien publicó una guía para las relaciones sexuales durante el COVID en el estado de Pennsylvania -esa guía, por ejemplo, recomendaba que se usara mascarilla durante el acto sexual con extraños que se contactaran por redes sociales de encuentros sexuales-. No discutimos sus credenciales profesionales, eso sería objeto de otro análisis. Lo que sí nos llama la atención es que habiendo cincuenta estados en la unión americana, y seguramente miles de personas que podrían competir por ese puesto, Biden elija a una persona que representa al 0.015% de la población. Esos son gestos que hablan más de política que de cuidar el sistema de salud. Una persona debe ser elegida por sus cualidades y no por su sexualidad. Si realmente Rachel Levine es competente para el puesto, su orientación sexual no es el punto a comentar. Biden divulgó en redes sociales un video diciendo: “Mi gobierno va a ser un gobierno de los hispanos, de los negros, de las mujeres…”, y empezó a hablar de minorías de modo que el único grupo realmente excluido, el grupo que terminó siendo discriminado, es el grupo de varones de raza caucásica. Una cosa es atender y ayudar a las minorías y otra hacer declaraciones que prolongan o se convierten en una provocación que puede incitar al supremacismo [6].
Todo esto puede tener implicaciones también en la política exterior. Es casi seguro que una de las primeras determinaciones del gobierno de Biden sea rechazar la Política de la Ciudad de México, que prohíbe el uso de fondos federales en el exterior para la promoción del aborto [7]. No olvidemos que ya Planned Parenthood había mandado millones de dólares a México para la promoción del aborto. Si eso hizo una empresa, cuánto dinero podría llegar por parte del gobierno federal de Estados Unidos para el mismo fin.
Por otra parte, es muy probable que la política de Biden esté orientada a hacer exactamente lo contrario de lo que hizo la administración de Trump. Podemos entender que la política de Trump fue muy polémica en muchos aspectos. Pero al mismo tiempo que Biden asuma como guía el destruir o deshacer lo que hizo su predecesor, podría manifestar más una actitud de venganza que de verdadera construcción.
Celebramos en todo caso, que el discurso pudiera llevar a una mayor unidad del país, y deseamos que las medidas migratorias y del sistema de salud puedan atender y redundar en el beneficio de todos.
Independientemente de los cambios que haya en el gobierno de Estados Unidos, a nosotros nos toca hacernos responsables de nuestra participación ciudadana, y seguir promoviendo la dignidad de la persona, el bien de la familia y el desarrollo de la sociedad.
Te invito nuevamente a que firmes el “Compromiso ciudadano por la dignidad humana, la vida, la familia y la libertad”: https://conparticipacion.mx/cambiatumundo/votoporlavida/
ConParticipación
Fuentes:
[1] https://world.wng.org/2020/09/prosecutor_and_persecutor
https://www.actuall.com/vida/espaldarazo-judicial-al-activista-provida-david-daleiden/
[2] https://latinus.us/2020/10/12/kamala-harris-democratas-corte-amy-barret-obamacare/
[3] https://www.nbcnews.com/feature/nbc-out/kamala-harris-brings-pro-lgbtq-record-biden-ticket-n1236523
[6] https://www.fundeu.es/recomendacion/supremacismo-termino-valido/
