En esta ocasión quiero hablarte de un tema que se encuentra en el fondo de muchos cambios en los valores fundamentales de nuestro país. Se trata del “neocolonialismo social” o neocolonialismo progresista. ¿Qué significa este concepto? Para comprender mejor el tema consultamos a la Mtra. Cristina Rodríguez, quien forma parte del área de investigación de ConParticipación. Ella nos comenta que el neocolonialismo “se ha denunciado como una serie de prácticas de control y generación de dependencia en países vulnerables, a partir de medidas de ayudas condicionadas”.

En otras palabras, son acciones que realizan donantes u organismos internacionales a través de las cuales ejercen control en países vulnerables (por lo general en vías de desarrollo o pobres) y obtienen beneficios económicos o políticos [1]. Estas medidas pueden ser por ejemplo, ayudas económicas que están condicionadas a ciertos temas, o a que se impongan ciertas ideologías o agendas en el país que recibe la ayuda. De esta forma se ejerce una dominación sobre el país necesitado, este termina siendo dependiente y ve limitado su poder de decisión para aplicar las ayudas que recibe a las necesidades que verdaderamente le son prioritarias.

La Mtra. Cristina nos explica que estas medidas muchas veces se consideran como “humanitarias y urgentes” pero que en realidad “no atienden ni a causas ni a necesidades básicas de desarrollo, son promovidas en momentos de crisis, con presupuestos dominantes y como medidas vinculantes (obligatorias) aunque no lo sean”. Esto deriva de estándares internacionales que no vienen avalados en pactos internacionales pero que implican una pérdida de soberanía para los países. Por ejemplo, Ecuador ha recibido apoyo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para combatir la contingencia sanitaria actual [2] pero su paquete de ayuda incluye el aborto. En el Plan de Respuesta Humanitaria COVID-19 Ecuador, emitido en abril del 2020, se establece garantizar el aborto de la siguiente forma [3]:

Sensibilizar y capacitar al personal de salud para que, en el marco de los derechos de las mujeres y adolescentes, se implemente el Paquete Inicial de Servicios Mínimos PIMS: Salud materna y complicaciones materno neonatales, acceso a anticoncepción, incluida anticoncepción de emergencia, aborto seguro legal y la atención posterior al aborto, prevención de ITS VIH y manejo clínico de la violencia sexual.

Otro ejemplo que nos expone la Mtra. Rodríguez, es el de África, donde el tema de los derechos sexuales y reproductivos se ha planteado como prioritario de financiamiento por organismos internacionales, por encima de las prioridades de salud [4]. En su investigación encontró que el documento resultante de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) del Cairo, sentó las bases para que los donantes internacionales se convirtieran en los principales proveedores de medicamentos y dispositivos anticonceptivos para los países más pobres.

Este tipo de prácticas se ha denunciado por organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo, ya que implica la ayuda condicionada y dirigida a temas que se imponen en los países, pero que no ayudan a resolver las causas de los problemas.

Por otra parte, nos explica la Mtra. Rodríguez, se ve que hay un desequilibro en las ayudas humanitarias. Para ser más claros, pongamos nuevamente el ejemplo de África. En los países africanos la asignación de fondos por parte de donantes internacionales se encuentra dirigida principalmente a programas de población desde la década de los 90´s. Esto ha superado la asignación de fondos de cualquier otro programa para educación, agua, saneamiento y atención médica, gobierno, sociedad civil, etc. [5].

En cuanto a la “salud reproductiva”, se ve que la ayuda se enfoca en la promoción del aborto, anticonceptivos y procedimientos de esterilización, y se deja a un lado la necesidad de servicios básicos ginecológicos y el combate a la mortalidad materna [6].

Ante esto podemos preguntarnos: ¿es el aborto y la anticoncepción la principal necesidad en los países pobres? ¿Tiene una base objetiva el enfocar la ayuda a esos temas? Las denuncias de neocolonización surgen de considerar que estas prácticas no atienden problemas fundamentales, imponen agendas ideológicas y perpetúan la dependencia y pobreza de los países.

En resumen, podemos decir que las medidas de ayuda humanitaria del exterior reflejan las ideologías de los donantes, pero no las necesidades de los beneficiarios. En el siguiente artículo hablaremos de cómo se ve la neocolonización en nuestro país.

ConParticipación

Fuentes:

[1] Macías, 2015. El neocolonialismo en nuestros días: la perspectiva de Leopoldo Zea.

[2] https://bit.ly/30ZdiTM

[3] Sección 5.1.1 Salud sexual y reproductiva y Salud materna, neonatal e infantil, Objetivo 2: https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/20200430-EHP-ECUADOR-COVID-19.pdf

[4] Neocolonialismo y salud reproductiva en África, 2020, Solidaridad.

[5] Ibíd.

[6] Joint Funding Programmes, Administered by UNFPA, consultado en septiembre 2020.