En el estado de Illinois, Estados Unidos, cualquier menor de edad puede cometer un aborto sin consentimiento de sus padres, pero por ley es requisito que al menos uno de los padres o tutor legal sean notificados antes de realizar el aborto. Ahora los demócratas, con apoyo de Planned Parenthood, están promoviendo que esa disposición sea eliminada. La senadora demócrata Kelly Cassidy defendió esta iniciativa con el falso argumento de que esta ley es impedimento para las “libertades reproductivas”. Dijo además que el requisito de notificar a los padres es una barrera que es necesario eliminar; sin embargo, suprimir esa notificación a los padres violaría el derecho que ellos tienen de ser los primeros responsables de la protección de sus hijos. Además, la medida pondría a la menor de edad que quiere abortar en situación de riesgo por todas las complicaciones ya conocidas que conlleva un aborto [1].
Este tipo de disposiciones ocasionarían que las mujeres menores de edad queden aún más vulnerables al no contar con la principal red de apoyo que es la familia. El aborto elimina la vida del hijo en gestación y siempre pone en riesgo la vida de la mujer.
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