Como recordarás que con motivo del Día del Niño iniciamos en el blog anterior algunas reflexiones sobre la disminución de las tasas de natalidad y fecundidad en el mundo. Decíamos que la consecuencia más preocupante es el invierno demográfico, que hace que disminuya la población y envejezca. México no ha escapado a esta tendencia y en este blog mostramos algunos datos en esta línea. Además, te compartimos una reflexión acerca de cómo la cultura de hoy quiere vendernos la idea de que tener pocos hijos ayudará a disminuir el problema del medio ambiente, lo cual es cuestionable, por decir lo menos. Los niños traen esperanza al mundo y lejos de ser un “problema” nos enseñan a ser más humanos y más sencillos.
Baja tasa de fecundidad en México
De acuerdo con la información del Censo de Población y Vivienda 2020, por primera vez México presenta una tasa de fecundidad por debajo de los niveles de reemplazo poblacional con una Tasa Global de Fecundidad (TGF) de 1.9 hijos por mujer. Se considera que la TGF por mujer es en promedio de 2.1 para considerar el reemplazo generacional [1].
Para darnos una idea de la disminución de la tasa de fecundidad en México, vale la pena revisar información del INEGI de distintos años y compararla. En 1999 la TGF en México era de 2.9 hijos por mujer y la edad media en la que las mujeres tenían a su primer hijo era a los 23.4 años. Para el 2009, la TGF era de 2.4 hijos y la edad media para tener al primer hijo era a los 23.8 años. Para el 2019 hubo un cambio la TGF fue de 1.9 y la edad media fue de 24.4 años [2]. Es decir, que ya en la última década que hemos mostrado, la tasa de reemplazo poblacional está por debajo del mínimo requerido para que la población no disminuya en el largo plazo. Y al haber pocos niños la población envejecerá.
Los niños son una realidad en extinción
Los niños se convierten en la excepción de nuestra sociedad, cuando en realidad deberían ser la constante que nos guíe. Hay menos matrimonios, aumenta el número de divorcios y el número de hijos por familia disminuye notoriamente. Parece ser que los espacios son cada vez más hostiles para los niños, no hay muchos lugares pensados para ellos y los adultos pierden capacidad de trato y paciencia con ellos.
Buscar el interés superior de los niños implica mucho más de lo que está escrito en las leyes. Este es un buen momento para reflexionar como sociedad sobre cómo estamos tratando a los niños y qué lugar les estamos dando en nuestras prioridades. Ellos no solo son nuestro futuro, sino que son nuestro presente. Traen formas incalculables de alegría a la vida de los que los rodean, y constantemente nos invitan a salir de nuestra comodidad para abrirnos al otro.
Cuidado del medio ambiente
Uno de los motivos por los que actualmente se justifica no tener hijos es porque supuestamente al ser más personas, contaminamos más. Lo escuchamos en conversaciones del día a día, lo vemos en campañas publicitarias y de manera subliminal este mensaje lo encontramos por donde quiera que vayamos. El gran inconveniente de esta forma de pensar es que coloca a los humanos como parte del problema y no como parte de la solución. Es curioso que se piense de inmediato en esta “solución” cuando mucho del problema está más bien en los malos hábitos y prácticas, así como el poco respeto y cuidado que tenemos del medio ambiente tanto a nivel individual como a gran escala (las empresas e industrias).
Es cierto que el momento en el que nos encontramos es clave y si no hacemos nada puede haber un gran impacto en la calidad de vida de las personas en los siguientes años; podría llegar a afectarse seriamente el bienestar de la naturaleza y el medio ambiente. Las decisiones que tomamos no solamente nos impactan a nosotros, sino que también deja huella en los demás.
La situación del medio ambiente es una realidad que necesitamos resolver entre todos. El consumo responsable, realizar prácticas sostenibles y exigir la corresponsabilidad de los gobiernos y empresas son algunos ejemplos de cómo podemos reparar el daño ambiental y hacer mejor uso de los recursos y la tecnología.
Sin embargo, es preocupante y lamentable que se proponga como “solución” al problema del medio ambiente el no tener hijos. Por ningún lado es una opción sostenible que pueda resolver la problemática ambiental que enfrentamos.
Hoy como nunca existe una gran conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, y para serte sinceros, esta es una gran noticia. Es positivo que como personas tengamos cuidado con los recursos y las riquezas con las que contamos en la Tierra. Somos los seres humanos quienes mayor responsabilidad tenemos con el cuidado de la naturaleza. Esto lo podemos ver reflejado en algunas decisiones que se toman diariamente y que impactan el presente y futuro de nuestro planeta. Es cierto que cada vez contemplamos no solo el costo de las cosas sino el impacto ambiental que se genera con nuestras compras.
Pero de igual forma que nos preocupamos por la naturaleza debemos preocuparnos también por cada persona y buscar en cada momento su bienestar integral. ¿Qué el ser humano no es también una parte importantísima de nuestro mundo? Ninguna persona sobra y nos hacen falta las siguientes generaciones que vendrán a crecer, disfrutar y por su puesto a aportar al bien común de nuestra sociedad. Las familias grandes viven mejor.
Día del Niño: ellos son el presente y el futuro
Imaginemos un mundo sin niños. Nos perderíamos la oportunidad de aprender de ellos muchísimas cosas: su capacidad de asombro, la facilidad con la que entablan conversación y amistad con otras personas, su alegría, y tantas otras cualidades que los adultos con frecuencia olvidamos al crecer. En este Día del Niño revaloremos a la niñez, evidentemente no solo en este día, sino en todo momento. Celebremos a los niños, sus ocurrencias, sorprendente forma de ver y vivir la vida y comprometámonos a darles espacios seguros en donde puedan crecer y desarrollarse.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
