A inicios de junio de 2021 la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tuvieron un primer encuentro en nuestro país a fin de sentar las bases para contener la migración de Centroamérica hacia ambos países. Últimamente, se ha visto el incremento de migrantes desde países como Guatemala, El Salvador y Honduras, por lo que se pretende dar solución al problema de la migración desde la raíz y tener políticas comunes en este tema. Otro asunto importante que se abordó fue la cooperación en seguridad y comercio, así como el impulso de la recuperación económica de la pandemia en ambos países. Asimismo, Washington invertirá 130 millones de dólares para apoyar la reforma laboral en México, erradicar el trabajo infantil y mejorar las condiciones de los obreros que laboran en las industrias participantes en las cadenas de suministro de ambas naciones [1].
Es positivo que haya cooperación entre México y Estados Unidos para la recuperación económica de ambos países. Destacan los esfuerzos en materia migratoria y la inversión que el estado norteamericano hará en el tema laboral para que se mejoren las condiciones de los obreros. Es importante que esta inversión, y las demás que el gobierno norteamericano haga en acuerdos de cooperación con México, sean aplicadas eficientemente para que se logren los objetivos propuestos. Debe evitarse una manipulación política de esta cooperación para fines turbios.
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