El pasado 22 de mayo en nuestra transmisión semanal de “Abre tus ojos cambia tu mundo”, Marcial Padilla, nuestro director general, entrevistó a la Dra. Sheila M. Garza, psiquiatra con subespecialidad en atención de niños y adolescentes por la Universidad Autónoma de Nuevo León. El tema que abordaron fue “Depresión: herramientas para la intervención y apoyo”. Te compartimos en este blog un resumen de esta interesante entrevista. Si quisieras verla, puedes hacerlo en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/live/MvdI4XJ0-EE?feature=share

Durante la plática la Dra. Garza y Marcial profundizaron en el riesgo que existe de que las personas que padecen depresión pueden cometer suicidio. Marcial Padilla expresó que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó que en el 2020 el suicidio se ha ido incrementando en México, y que el grupo de población que presenta la tasa de suicidio más alta es el que comprende de los 18 a los 29 años, con 10.7 decesos por cada cien mil personas. A este le sigue el grupo de 30 a 59 años con 7.4 fallecimientos por cada cien mil personas [1].

Padilla comentó que aún hay mucho por hacer para entender esta problemática y cuestionó, ¿qué es lo que podemos hacer para identificar la depresión, y concretamente, qué podemos hacer por los niños, adolescentes y jóvenes?  La Dra. Garza respondió que efectivamente, hay problemas de depresión sobre todo en niños y adolescentes, en los que por así decirlo, su aparato mental está en continuo desarrollo y cambio. “Creo que en este grupo particular de edad, a veces los chicos no saben diferenciar o no disciernen bien entre lo que es una ideación suicida o ideación de muerte, con la intención obviamente del suicidio”. Agregó: “Lo que reportan los especialistas en suicidio es que a veces se trata más de un penacidio o sea que realmente lo que el niño o lo que la adolescente quiere terminar es la pena, es el sufrimiento, es la emoción negativa. Esa es la que quieren matar”. El menor lo quiere es terminar con la emoción negativa que le está causando sufrimiento. 

En su experiencia, indica la Dra. Garza, cuando atiende un paciente de esa edad que se encuentra en etapa de la pubertad, a veces manifiesta que se quiere morir con frases como “ya no quiero vivir”; “ya no quiero estar aquí”; “esta vida no me gusta”. Naturalmente los padres de familia se alarman y preocupan al escuchar esto. Al estar ya en entrevista y poder evaluar al niño o adolescente, es cuando se llega a la conclusión de que se trata de un penacidio, es decir, el menor lo que quiere es callar lo que siente, callar el sufrimiento, más que quitarse la vida. La Dra. Garza puntualiza: “Es muy importante trabajar con el adolescente y con el niño ese discernimiento a nivel de pensamiento y a nivel afectivo. Que él distinga que es diferente querer acabar con la vida, a querer acabar con el sufrimiento”.

La depresión misma, ¿es un padecimiento? La experta indicó que efectivamente, “es un trastorno mental caracterizado por un estado del ánimo principalmente deprimido o triste que se presenta todos los días, la mayor parte del día por un tiempo específico de duración que debe ser al menos de dos semanas, todos los días, todo el día. Se presenta acompañado de otros síntomas como ideas de baja autoestima, pérdida del placer en las actividades que la persona antes le gustaba hacer, fatiga, disminución en los niveles de atención y de concentración, llanto espontáneo y un deterioro evidente en el funcionamiento en las áreas social, familiar, laboral o académica. Puede ir, a veces en sus casos más graves, acompañado de esta ideación suicida o de intentos de suicidio”.

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Un aspecto que todos deberíamos tener en mente es sobre cuándo se debe empezar a poner atención a un posible trastorno de depresión que pueda desembocar en auto lesiones o en situaciones graves. ¿Qué es lo normal, qué es lo que se debe observar, en dónde están las señales de alerta? Ante esto, la Dra. Garza comentó que en su consulta muchas veces los papás le expresan que sus hijos hablan de muerte o que su vida no es importante. Sin embargo, más tarde se están riendo, están jugando videojuegos, piden permiso para ir al parque o a una reunión con sus amigos. Estas situaciones llevan a los padres de familia a no creerles y a preguntarse: ¿está deprimido o no está deprimido? Observan que sus emociones cambian constantemente durante el día. 

Ante manifestaciones como las descritas, muchos padres pudieran minimizar lo que observan en los muchachos. La Dra. Garza tiene la teoría de que muchos de los niños y adolescentes han aprendido a reaccionar a través de memes, de emojis, manifiestan lo que sienten a través de sus teléfonos celulares, de una laptop o de otro tipo de dispositivos o medios, y cambian muy rápido de estado de ánimo. ”Creo que eso está afectando el desarrollo de nuestros niños y de nuestros adolescentes de manera tal que no se toman un tiempo para reflexionar lo que realmente están sintiendo. Por un lado, en un lapso muy corto de tiempo pasan por todas las emociones, y por otro, está toda esta influencia de las imágenes que nos venden en el Internet, en las redes sociales, sobre todo de lo que debes ser, cómo debes lucir, qué ropa debes traer, qué lugares debes visitar, qué comida debes comer”. Estas imágenes establecen un cierto estándar, y cuando el adolescente siente que no cumple con esa exigencia, es cuando puede darse el riesgo de que se afecte su salud mental y presentar trastornos como ansiedad o depresión.

De esto continuaremos profundizando en nuestro próximo blog, en el que hablaremos también de algunas otras señales de alarma que pueden indicar un trastorno depresivo, y algunos consejos prácticos para los padres de familia que les pueden ayudar en el manejo y prevención de esta enfermedad.

ConParticipación

Fuente:
[1] https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/Suicidios2021_Nal.pdf