La Corte Interamericana de Derechos Humanos quiere obligar a México y a todos sus demás países miembros a considerar las uniones homosexuales como matrimonio, y también a imponer la ideología de género a través del cambio de sexo legal. Esto lo hizo a través de un documento llamado Opinión Consultiva, la cual fue solicitada por el gobierno de Costa Rica el 18 de mayo de 2016. En esa fecha Costa Rica solicitó a la Corte que se pronunciara sobre estos temas [1].

El martes 9 de enero de 2018 la Corte emitió su fallo, cuyas resoluciones implican que todos los países que firmaron el Pacto de San José están obligados a considerar la ideología de género como principio base en el matrimonio y en todo lo que tiene que ver con la sexualidad. Esto tan solo por la interpretación de la Corte, porque el Pacto mismo no lo dice. Es decir, la Corte buscar forzar a los firmantes interpretando lo que dice el mencionado pacto.

Lo que hizo la Corte fue cambiar la sexualidad, la interpretación de los derechos humanos, y asumir la ideología de género. Y entonces, ¿cuál es la situación ahora? Pues que lo que México había firmado como un Pacto para la protección de los grupos vulnerables, de los pobres y de los indígenas, ahora se está usando e interpretando para amenazar a los padres de familia y a los niños con una visión de la sexualidad y del matrimonio que no corresponde con la biología y con nuestras convicciones.

En México y Latinoamérica queremos derechos humanos orientados a la paz y al combate de la pobreza, no a imponer una ideología que daña a las familias y a los niños.

[1] http://www.corteidh.or.cr/docs/opiniones/seriea_24_esp.pdf