El American Journal of Transplantation publicó un estudio en diciembre de 2022 en el que se informó que en Canadá, Bélgica, los Países Bajos y España, alrededor de 286 personas que buscaron la eutanasia, donaron sus órganos para salvar la vida a 837 personas. Casi la mitad de los donantes (136), procedían de Canadá [1]. Esto pudiera parecer positivo, sin embargo, no lo es, porque se utiliza un medio que daña, en este caso la eutanasia, para lograr un fin bueno, que es salvar la vida de terceros.
Nicole Scheidl, directora ejecutiva de Physicians for Life con sede en Ottawa y quien se opuso por mucho tiempo a cualquier forma de eutanasia, dijo al medio Voz de América, que esta gran cantidad de donaciones de órganos le recuerda a la sospecha de sustracción de órganos de prisioneros ejecutados, como por ejemplo, de la República Popular China. “Sé que los equipos de trasplante querrían asegurarse de que las personas que fueron sacrificadas no fueron coaccionadas” [2].
Sheidl agregó que es necesario que se realicen más preguntas sobre la eutanasia en Canadá ya que considera que no hay suficiente recopilación de datos o supervisión, y que la eutanasia se está expandiendo muy rápido [3]. Cabe mencionar que la Asistencia Médica para Morir es legal en Canadá desde 2016.
La práctica de la eutanasia es cada vez más recurrida en Canadá como un camino para resolver problemas. A la persona que está pasando por sufrimientos, ya sea por enfermedades terminales o por problemas de salud mental, se le ofrece la muerte sin una atención que busque eliminar el dolor, pero sin dañarla. Seamos puntuales para que las familias, así como las instituciones, acompañen a las personas enfermas hasta su muerte natural.
ConParticipación
Fuentes:
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.