La filial australiana de Marie Stopes, una de las mayores empresas abortistas del mundo, admitió que más del 5% de los abortos con medicamentos que facilita no llegan a completarse. Esto quiere decir que con este tipo de abortos muchas veces se quedan restos del hijo en el útero de las madres, por lo cual con frecuencia requieren tratamiento adicional para prevenir hemorragias, e incluso podrían necesitar un procedimiento médico para remover los restos fetales. Esto sucede en una de cada veinte mujeres, según reportó Kevin Duffy, ex Director Global de Desarrollo de Clínicas en Marie Stopes International (ahora MSI Reproductive Choices) [1].
El exfuncionario subrayó que estas cifras coinciden con las que arrojó una investigación basada en una solicitud de transparencia de información en Inglaterra y Gales, que informó que aproximadamente 295 mujeres solicitaban tratamiento hospitalario debido a abortos médicos incompletos, y 365 de ellas requirieron un procedimiento quirúrgico [2].
Otra investigación realizada a nivel nacional evidenció que los proveedores de aborto ponen en riesgo a las mujeres al no ejecutar revisiones o controles básicos antes de enviar las pastillas para “aborto en casa”. Una investigación más arrojó que los llamados de ambulancia para mujeres que habían cometido abortos con pastillas en casa se habían duplicado desde que hubo cambios en las regulaciones, que permitieron que se tomaran los dos juegos de pastillas para abortar en casa (mifepristona y misoprostol).
A partir del análisis de datos oficiales de Reino Unido sobre “abortos en casa» y en centros abortistas, así como de los datos de la filial de Australia de Marie Stopes, es posible concluir que la lógica detrás de la legalización del aborto es la del negocio, que no solo ignora al hijo sino también pone en peligro a la madre.
ConParticipación
[2] Ibíd.